sábado, 10 de mayo de 2008

Vuelvo a la Selva III

IUPIIIIIIIIIIIIIIII, A CELEBRAR!!
Y me voy a mi tercer Viaje a la selva sin haberte dado testimonio del segundo, me quedan solo unas horas para mi partida, estoy tan feliz que no entro en mi cuerpo. Hace unos días que me puse a trabajar con total abnegación y cariño en este escrito para dejar asentado lo vivido en diciembre y a su vez completar un ciclo para dar lugar a lo nuevo que viene. Esta vez serán dos Dietas seguidas, con un intervalo en el medio de pocos días.Volveremos a Pucallpa a despedir al grupo y buscar al siguiente, al menos eso me dijo Diego, y aquí debo confesarte que ruego no cambie de opinión porque esto de quedarme en la selva sin él hace que mis esfínteres se contraigan profundamente, creo estar siendo clara con la imagen, verdad? Con todo, siento que vengo “preparándome” pero no estoy segura desde cuando, tal vez de toda la Vida. Hace semanas que mis cuerpos (físico, mental, emocional, espiritual) están en un trabajo muy intenso, se entremezclan los efectos de la Dieta de diciembre con la puesta a punto para estas “dos” que vienen. En verdad es un continuado, no puedo decir aquí terminó el efecto de la Dieta y comienza la preparación para la siguiente. A medida que han ido pasando los días, las semanas, el trabajo de la segunda Dieta se ha ido asentando. Y para decirlo de alguna manera me voy “enterando de algo”, que por un lado es tan poco que creo ni tendría que mencionarlo pero a su vez ese alguito de claridad me hace ver de que sigo sin “enterarme”, es decir que hay “tanto” que mi mayor certeza es que no me alcanzará esta Vida para “ver” tanta grandeza. Soy conciente que estas palabras te pueden llegar como un acertijo, o tal vez a ti, justo a ti no. Es que nuestro lenguaje no me alcanza para expresarte lo que siento, no obstante lo estoy intentando, ya te he dicho lo importante que es para mi compartir.





Y para continuar, haber como te lo digo, mi primer Dieta fue casi una poesía, la bienvenida, aunque tuvo el lado “durillo”, en su conjunto digamos que fue como Lírica. Al igual que mi primer Ceremonia, luego mi querido/a trabajito puro y duro con algún que otro éxtasis compensatorio para no desfallecer en el Camino.
En mi segunda Dieta hasta los preliminares fueron un desafío, perdí el pasaporte y lo supe la noche antes de la partida, sencillamente no estaba por ningún lado, di vueltas la casa ciento de veces hasta la madrugada sin resultado alguno. Igual decidí ir al aeropuerto, sin dormir y dispuesta a suplicar para que me dejaran volar, lo hice claro, pero claro también que me mandaron de vuelta.
Y con las maletas a cuestas todo el trámite, consulado, poli, vuelta al consulado, agencia de viajes y por supuesto billetito tras billetito puesto sobre cada mostrador. Con todo en unos días ya estaba volando hacia Perú pero llegué un día después, así que me tuve que ir sola al campamento y no te cuento los pormenores que tuve en el medio porque se haría muy largo.Cuestión que sea como sea yo iba a llegar y así lo hice pero todos estos contratiempos no me permitieron “entrar” a la Dieta con tranquilidad. En fin, para algo son los sucesos que se presentan en nuestras vidas, y este me mostró que pase lo que pase ahí estaría, porque es mi lugar y no hay otro donde yo quiera estar.



El primer día es para la Yawuar Panga, una poderosa planta purgativa que te limpia profundamente y prepara tus cuerpos para el trabajo de la Dieta. Como llegué al otro día y ese atardecer teníamos la primer Ceremonia con la Madrecita no era apropiada la purga, muy fuerte las dos Plantas para un mismo día. Así que se fue postergando, yo en los primeros días convencida que la iba a tomar en algún momento, que iba a poder con todo pero a medida que avanzaba el tiempo reconocía que no me daba la “estructura” para sostener en mi cuerpo las tres Plantas. A la Yawar Panga la había tomado en septiembre y recordé que Diego dijo que tomarla dos veces al año estaba bien, así que como iba a volver en mayo le pedí si lo podíamos dejar pendiente, digamos que una pequeña negociación que parecía al principio no entusiasmarle pero se concentró y uffffffff, acepto.
En una Dieta se trabaja con una Planta Maestra y con la Madre Ayahuasca, previa purga como ya hice mención. Ahora me doy cuenta que en mi primer testimonio no hice mención de la Planta que dieté y esto fue porque estaba imbuida de poesía, hoy tengo una visión algo más práctica…





Entonces, en septiembre del 2007, en mi primer Dieta fue la Planta Maestra Bobinzana, es un espíritu femenino y del agua que se presenta en forma de sirena, esta divina Planta te ayuda a enraizarte profundamente y te otorga gran fuerza espiritual. En el orden físico se la usa para casos de reuma, artritis, retención de líquidos, edemas, desordenes en el útero, problemas de post parto, frío. El curandero me daba una jarra de dos litros por día, recuerdo que por mi espíritu abnegado después de unos días le pedí más, pero claro toda la noche haciendo pis y te aseguro que levantarte en la oscurísima noche de la selva a mear no es lo mismo que hacerlo en casa, así que desistí de la perfecta aprendiza y volví a mis dos litros. No te imaginas cuanto disfruto rememorando esos momentos y compartiéndolo contigo. La Bobinzana se me presentó claramente en algunas Ceremonias, la sentí en la ciudad y cuando volví a la selva, en mi segunda Dieta, apenas llegue a mi tambo su olor penetró por mis narinas en varias oportunidades el primer día y al día de hoy me sigue acompañando, siento que a medida que pasa el tiempo su presencia se hace más fuerte dentro de mi, como cualquier otra relación nos vamos consolidando. También siento cuando el curandero la va haciendo más fuerte dentro de mí, y me doy cuenta de que es un “proceso” generar la asociación, y en ese tiempo que se requiere para arraigar la comunión con la Planta es muy importante que sigas comunicando con ella, si la olvidas Ella se olvida de ti también. Bueno, esto es lo que siento y tal vez esté equivocada pero como creo que también es una relación y como cualquier otra tiene que ser alimentada, sino se debilita y hasta puede desaparecer.
Si, ya es hora que te cuente un poco de la segunda Dieta. Vale, lo haré pero en otro apartado.
Sigue leyendo más abajo…

Mi segunda Dieta

Mi segunda Dieta, fue una vorágine desde antes de empezarla pero cuando el taxi salió de la ruidosa ciudad de Pucallpa y entró en la carretera mostrándome el paisaje agreste de vivos olores y colores, la calma volvió a mi y sentí estoy en “casa”, empecé a disfrutar del camino. Cuando llegué al pequeño pueblo donde embarcamos para ir al campamento, cuanta alegría al ver a Don Raúl y a Serafín, dos buenos hombres que trabajan en Sachavacay, me fueron a buscar con el bote. El llegar con un día de atraso y prisa en el alma hizo que sintiera que me había perdido de algo, pero tenía que aceptar y prepararme para la Ceremonia de apertura de la tarde. Una vez más el privilegio de entrar en ese Espacio Sagrado, y todos los pormenores se hicieron insignificantes. Hubo una intensa lluvia, es de gran belleza estar en la maloka ceremonial mientras llueve; había llevado mis plumas de Cóndor y por primera vez las iba a vivenciar, el curandero ya me las había soplado y dejado “listas” en una Ceremonia de ciudad, así me dice después de hacer su “trabajito”, y dicho sea de paso fue muy emotivo para mí verlo con ellas, como si fueran una prolongación de él, las alas cobraron vida en sus manos. La Unidad manifestándose en una Danza sin igual. También en esta Ceremonia inicial, por primera vez fumo mapacho (cigarrillos artesanales de puro tabaco, sin filtro que se fuma en la selva y los chamanes utilizan en Ceremonia) fue muy significativo para mi por que lo hice con toda conciencia, sentí que el Abuelo Tabaco me estaba autorizando a fumarlo y me dio la visión ritualística del “fumar”, fue de gran profundidad, el humo, el olor, el sabor intenso en mi boca y tan concentrada, tan conectada. En un momento mis manos adoptan un gesto que sentí sagrado, el mudra del Tabaco. Y aunque “no me entero”, tengo la convicción que en otro plano de conciencia está sucediendo la curación, el aprendizaje. Aun sigue siendo un saber sin intelección, como si el Conocimiento y Poder ancestral, me estuvieran preparando para tal vez algún día tener el honor, la bendición de poder comprender también con la razón lo que hace mucho tiempo solo se por vibración, sentimiento, emoción. Y claro, ahora más que nunca “apuesto” al Misterio con absoluta confianza. No hay red que me sostenga, hay entrega, hay anhelo del Alma…




Mi Planta Maestra en esta segunda vuelta fue el Chiric Sanango, un espíritu masculino de gran presencia que repara las energías del cuerpo y el espíritu, nos induce a la reflexión, abre nuestra sensibilidad y nos conecta con lo esencial. En lo físico se lo utiliza para picaduras de serpientes, en casos de artritis y reumatismo. También ejerce su acción con las enfermedades venéreas y es un estimulante del sistema linfático. En mi primera noche dormí profundamente, ni cuenta me di que había entrado en la negrura de la selva. Para esta Dieta pensé en dejar una velita prendida, lo que dure, ya que las noches son muy largas y por lo general no se duerme mucho porque estas ensoñando, ademas me levanto bastante para hacer pis y con tanta oscuridad digamos que una lucecita se agradece. Cuestión que me llevo una vasija la que colgué de un piolín en uno de los troncos del tambo, al despertarme la encontré en el suelo. Ok pensé, la llama quemó el piolín, pero no parecía quemado sino más bien un corte. Y tomé la decisión de no darle trascendencia, lo dejé pasar pero claro había una cierta inquietud.


En esa mi primer mañana el curandero me trae, por un lado hojas de Ajo Sacha para el baño, que es un Planta que da protección, repara las energías del cuerpo y ayuda en los estados depresivos, y por otro me presenta a mi Planta Maestra, “Sananguito”, me da una taza con apenas un chupito y me dice que beberé solo eso y que lo haría día por medio. Que me prepare porque me daría cierta “mareación” (así se denomina a los síntomas físicos después de beber ciertas Plantas) en unos 15´ a 20´ empezaría a sentir sus efectos en la boca, que se iba adormecer y luego se extendería por todo el cuerpo, y que era posible sentirlo trabajar más fuerte en algunas partes que en otras y para rematarla tendría mucho frío. Que bien pensé, cuanto por experimentar! Entonces decidí dejar todo listo antes de beber mi chupito para estar solo dedicada a la Planta, era mi primera vez con Ella. Fui a buscar agua al río y prepararé mi baño, mientras las hojitas del Ajo Sacha maceraban me puse a acondicionar el tambo. Ya estaba lista, salud! Cuanta emoción esperando su trabajo en mí, todo fue sucediendo como me lo indico el curandero, sentía como el espíritu de la Planta iba haciendo su recorrido inicial en un reconocimiento de mi persona y de mis males, su efecto empezó a mermar después de unas 5 horas. Y allí estaba, para sanarme así que a seguir trabajando. En la segunda Ceremonia con la Ayahuasca otra vez se demoró la mareación en subir, como en la primera, cuando esto sucede la mente inferior se me alborota y es difícil lidiar con ella. Quiero ir hacia el Sol y me quedo atrapada en la película mental, me sigue costando aceptar esta situación, me enojo conmigo misma por no estar en calma y se transforma en un círculo vicioso. Recuerdo que en la primera etapa cuando esto sucedió llegué a pensar que la Madrecita ya no me quería con Ella, un horror, como una nena desahuciada por su madre. Ahora se que no es así pero sigo sin comprender porque esto sucede algunas veces, paciencia, a su debido tiempo me enteraré como tantas otras cosas. Igualmente en esa Ceremonia ocurrió una potente curación, después de largo tiempo, como por sorpresa se me arrancó de muy profundo un vómito, y aquí fue donde le salpiqué la guitarra a Diego, pero esto no es nada, en otra ocasión que me estaba curando y me desmayé, parece ser que estando inconciente le vomité encima. A ver, yo entiendo que te pueda parecer un asco mi relato pero es que estamos en una curación chamánica herman@. Y no me digas que no tiene su lado enternecedor vomitarle a tu maestro chamán y que no te proyecte a patadas hacia la estratosfera? Asqueroso pero tierno a la vez, si. En un momento de la Ceremonia el curandero le da a Wilmer (su asistente y aprendiz de la selva) un mapacho y le dice: hay que ser muy hombre para fumar todo un mapacho en Ceremonia, y a mi me había dado una hojita de Ajo Sacha para oler, yo estaba muy concentrada en el olor y sentí que el espíritu de la Planta me dijo con toda claridad: existen leyes que respetar, hay normas y tradición. Aquí comprendí mucho más de lo que ahora puedo escribir. El Chiric Sanando seguía haciendo su trabajito, en el día y en la noche, poco a poco. La siguiente Ceremonia, posiblemente una de las más reveladoras de las vividas hasta ahora, pero a la vez es muy difícil catalogarlas, todas han tenido un tremendo significado. Al poco de comenzar Diego se dirige a mi especialmente y me dice “respira”, en ese momento no entendí porque me hacia especial hincapié en algo que se supone ya lo se, y un rato después se levanta a hacer un recorrido por la Maloka, cosa habitual en él pero antes me da un besito, cosa que nunca antes había hecho. Pensé: Y esta demostración de afecto ahora? Que raro! Después supe que era por lo que iba a venir…
Créeme que en estos momentos en los que estoy reviviendo lo sucedido al narrarte la experiencia, todo mi cuerpo está estremecido, mi corazón tiene otro latir, mi respiración entrecortada y tiemblo y me río y agradezco, agradezco tanto. Y de mis ojos brotan lágrimas de profunda emoción! En las Ceremonias pasamos por momentos “difíciles”, algunos más que otros, de mayor o menor duración. Y lo que estoy sintiendo es que no es el tiempo de explicarte en detalle este proceso porque ademas cada uno de nosotros lo vive en forma diferente. No obstante, es importante que sepas que es en estos “momentos difíciles” donde se produce la mayor curación, donde tu espíritu se fortalece y aprendes. Y claro que tienes que ser valiente pero la recompensa es tan grande querid@ mi@. Y así fue que en esta apoteótica Ceremonia el “momento difícil” me duró seis, siete, ocho horas? Te confieso que en varias oportunidades sentí “no puedo más”, no tengo más fuerzas, estaba agotada, pero mi espíritu me decía que tenia que seguir adelante, que no estaba sola y te juro que sentía que toda la selva me estaba acompañando, cada planta, cada animal me estaba dando su fuerza pero era yo la que tenia que hacer el trabajo, nadie lo podía hacer por mi. Estaba teniendo toda la ayuda pero yo tenia que “estar ahí”. En un momento siento que me tocan los pies, abro los ojos y era Danielle, una de las chicas que estaba participando, que con una mirada colmada de amor se agacha y me besa los piecitos. Sentí que era una mensajera de Di@s para recordarme que no estaba sola, que me estaban acompañando. En otro momento de desasosiego abro los ojos para buscar los ojos del curandero, me quedo mirándolo hasta que él me mira y me dice: “Que pasa Zia” en un tono digamos grave. Y yo con la boca sellada solo pude pensar, nada, no pasa nada maestro, está todo bien, sigue curándome. Así absorbí de sus ojos la fuerza que necesitaba, volví a cerrar los míos y seguí adelante. Creo que podría completar páginas y páginas solo con lo que viví en esta Ceremonia. Hubo otro momento memorable en donde Leila, una nenita de unos diez añitos que estaba participando con nosotros se acercó a darme un abrazo imposible de describir, otra mensajera del Amor Divino. Con este “trabajo” empecé a sentir que se reafirmaba el anhelo de ser una curandera, que estaba empezando a ganarme ese “lugar”, que había mucho por hacer pero ya estaba encaminada y que mi maestro estaba confiando en mi y me daba todo su acompañamiento. A la mañana tocaba mi chupito del Chiric Sanando, esta vez subió lento y no demasiado fuerte, ahora a la distancia pienso que tal vez Diego me dio una dosis más suave por el intenso trabajo con la Madrecita, quien sabe, la cosa que en ese momento pensé en pedirle una dosis doble para la próxima. Que no, no soy masoquista, verdad, créeme. Es que tengo muchas “ganas” de avanzar en el Camino, es solo eso. Con la dosis aparentemente suave, esa noche fue bien difícil. La Planta empezó a curarme a través del soñar, en ese momento no fui conciente de ello, es lo que me sucede, me voy dando cuenta poco a poco de cómo son las cosas. Estoy como ciega, lo se, y por eso es tan importante que confíe en mi maestro. A ese sueño prácticamente no lo pude recordar pero mi respiración estaba muy agitada y me desperté llorando, quedé con miedo.

Esa noche estuve muy tensa y pensé en pedirle a Diego que me vuelva a dar la Guayusa para hacerme los baños, es una Planta que cura los miedos, nos da valor y armoniza con la selva. Y a la mañana siguiente el curandero me la trae, la telepatía nos va funcionando cada vez mejor. A esta segunda Dieta fui con la intención de adquirir “fortaleza”, para mi cuerpo, para mi espíritu. Una fortaleza que me permita seguir adelante con este mi Camino Chamánico, que me permita sostener la energía que entra en mí para curarme sin desmayarme. Una fortaleza que me permita realizar mi “trabajo” sin terminar consumida. Diego me había dicho que dietaría la Chuchuhuasi que es otra Planta Maestra que da gran fuerza espiritual pero optó por el Chiric Sanango que me prepararía mucho mejor para entrar en la próxima Dieta con la Chuchuhuasi, igual ya te diré a la vuelta porque nunca se sabe. Así fue que en la cuarta Ceremonia en uno de esos “momentos difíciles” se me dijo claramente que a esa FUERZA me la tengo que ganar, como a todo lo que vendrá. Que nada se me iba a otorgar porque sí, que tengo toda la “ayuda”, toda. Pero soy yo la que tiene que aprender a desarrollar esa fuerza y justamente es en los momentos más difíciles donde se está forjando la chamana que anhelo ser.
En la dificultad está la oportunidad!

Ahora trataré de compartir una gran bendición, y estoy sintiendo una vez más la dificultad del lenguaje, su limitación. Se me presentó a mi Familia, digamos de “origen”, de Aves. Lo viví como un absoluto privilegio, un tremendo honor. Un recuerdo de otros tiempos o una vivencia en otro plano de existencia o un vuelo místico o una preciosa experiencia, como tú prefieras interpretarla. Tenía las plumas de cóndor en mis manos y de repente empiezo a concebir la perfecta Unidad en un despliegue de belleza, de júbilo, de amor incondicional que se encarnizaba penetrando por mis narinas con el agudísimo olor de las aves en plena Vida. Era parte del nido, era la cría, el pichón que estaba siendo acunado, protegido, amado. Por Di@s cuanta Bendición! Las plumas estaban vivas me acariciaban el cuerpo y el alma. Soy conciente que con este fragmento no puedo ni aproximarte a lo que sentí pero igualmente lo comparto para decirte que en esos momentos pensé: ya nunca más podré sentirme sola. Y reflejar esto es importante porque ese sentimiento de profunda “soledad existencial” me acompañó toda mi vida, y va más allá de estar acompañada o no. Era como un desarraigo pero sin saber de donde, perdida en la inmensidad del Universo mi alma gritaba: quiero volver a casa, a mi tribu. Pero no era el tiempo, el tiempo es ahora. Después de haber volado otros cielos, porque como decía mi maestro Osho, hay cielos y más cielos por explorar. Luego devino una gran enseñanza de mi maestro Diego, en vivo y en directo con el espíritu del niño, de juego. Te lo cuento, me retiro de la Ceremonia para ir a hacer pis, cuando regreso a mi lugar y quiero volver a coger mis amadas alas, habían desaparecido. Es que no podrías imaginar mi desesperación, estaba desorientada, obnubilada. Se me desgarró el corazón, pero donde están por Di@s? Miraba a Diego y el muy concentrado cantando sus ícaros, buscaba con los ojos alborotados por toda la maloka, los miraba a todos y cada uno de mis compañeros de Ceremonia, es que no entendía, no podía pensar. Me había reencontrado con mi Familia, había sido tan feliz y ahora tan pronto la había perdido? Y aquí tienes que recordar que estaba en estado alterado de conciencia, en otra dimensión o sea que la percepción crece descomunalmente pa´ bien o pa´ mal. Y al fin sucedió la comprensión!!! Mi maestro me estaba dando una gran enseñanza, pura vivencia, no hubo palabras. Pero yo interpreté: Lo que has vivido ya es parte de ti, nadie te lo puede quitar, y con plumas o sin ellas tienes la valoración, el poder de evocar y atraer hacia ti lo que esa vivencia te aportó. No necesitas muletillas, nada externo a ti te puede sostener, si está fuera es una proyección de ti misma. Tú le pones el poder al objeto, por si solo el objeto no tiene vida. Las alas viven a través de ti, de tu evocación. Entonces, si algún día ya no tienes la barita mágica dejas de ser una maga? Y seguí concentrada en mi trabajo, tranquila, agradecida. Y en un momento se me abren los ojos, giro la cabeza y veo las alas clavadas en la tierra a la entrada de la maloka. Cuanto te quiero Diego! Y si bien tengo mucho más para compartir de esta Ceremonia como ya te dije de las otras, seguiré adelante y en otro momento profundizaré más.
Recuerdas que hice mención de que iba a pedirle al curandero que me suba la dosis del Sanago? Bueno, tendré que tener cuidado con mis deseos porque parece ser que se me conceden. Ya Diego me había dicho que lo bebiera apenas me lo traía y no esté dando vueltas, o sea que la limpieza del tambo pa´despues. Ese era el último chupito y al día siguiente sería la última Ceremonia, para ubicarte en el tiempo. En principio contarte que ya tenía cierta familiaridad con Sananguito, como que habíamos pasado la etapa de reconocimiento mutuo y desde mi la total confianza y entrega a su “divino trabajito”. Creo que como era la despedida aprovechó y me tuvo todo el día y la noche velando, bendito seas doctorcito querido! La marcación más fuerte que nunca no mermaba, con mucho frío y dolores en la parte alta de la espalda y en la zona de los riñones. Estuve todo el día en mi hamaca cubierta hasta las orejas con mantas y bien quietita dejando que mi Planta haga su curación, estaba muy tranquila pero a la vez sorprendida de la caña que me estaba dando, en un punto sentía que el trabajo lo hacíamos juntos, en equipo. El curandero me había dicho que es bueno bañarse cuando la mareación está muy alta, que ayuda a bajarla un poco y seguir adelante más relajado, pero yo en verdad no quería que baje. Lo estaba llevando bien y con plena felicidad por ser conciente de la ayuda que estaba recibiendo. Igual no tenia fuerzas para moverme y sentía mucho frío, así que ni pensar en ir al río. Cuestión que las horas fueron pasando y se hacía de noche entonces pensé que tenía que poner voluntad para ir al río, así que respiré hondo, cogí mi cubo para el agua y marché pero como me sentí débil e insegura de sostenerme decidí pedirle ayuda a Andréu, uno de los chicos de la Dieta que tenía su tambo muy cerca, y él muy amorosamente cargó el agua y me acompañó hasta mi tambito, gracias hermanito. Ok, a mojarse sea dicho y a descansar pues. Pero no, la cosa continuó toda la noche, claro era la despedida. Y creo que en esta noche se principian los “sueños chamánicos”, estaba entrando en otra etapa y aunque fue un poco impresionante porque en una parte del sueño “vomité mierda”, te juro que fue muy real, pero mejor no te doy más detalles, solo decirte que estaba tan contenta por acceder al mundo de los “sueños”. En este amanecer me despertó una luz que giraba a mí alrededor y ahora pienso que debió ser intensa porque me sacó del sueño, se mostraba y se ocultaba como si fuera una linterna grande que prende y apaga. Para serte sincera lo menos que pensé es que era un espíritu, en ese momento creí que eran los guardianes haciendo su ronda y jugando con la linterna pero después de un rato me di cuenta que no porque iba muy rápido para ser una caminata matinal en la selva. En una total ignorancia esperé a ver a Diego y preguntarle, me dijo que era la “lamparilla” un espíritu de la selva, y ahí quedo todo.
La última Ceremonia, mi Di@s! Llegué a la maloka débil y aun con la mareación de Sananguito. El curandero me había dicho que no llevara mis plumas y que no me echara agua. A ver, esto quería decir ningún soporte, iba a tener que montar a pelo, y claro que le puedo refutar a mi maestro? Él indica y yo acato, lo que no inhibe a cada una de mis células ponerse a temblar como locas pero con todo “ahí” estoy, en mi lugar. Hace mucho que no bebo agua antes, durante o después de una Ceremonia pero si me enjuagaba la boca y echaba agua en la cabeza en los momentos difíciles, sentía que con eso podía evitar desmayarme, al igual que las plumas me reavivaban, como si pudiera resistir más. A veces algún compañero de Ceremonia me dice que tengo que poner de mi parte para no desmayarme y me da indicaciones de lo que puedo hacer y yo le digo: es que tú no puedes ni imaginarte todo lo que pongo de mí para no “caer desplomada”, es una verdadera batalla pero sucede y lo acepto porque tengo la convicción de que todo lo que me pasa en para mi bien. Cada vez que me desmayo vivo la agonía previa a la muerte, la muerte misma y la resurrección, tengo mi teoría al respecto pero como no estoy segura prefiero no exponerla aun. A veces creo una cosa y después es otra y Diego ya me ha dicho que es normal, así que hay que tomarse todo con pinzas, ser muy flexible y confiar mucho porque en verdad estas recorriendo el Camino con unas cuantas vendas en los ojos. Esto quiere decir que a medida que se avanza las vendas van cayendo una a una, hasta que al final solo habrá “claridad”. Nunca antes me fue tan difícil tragar el último sorbo de Madrecita, la tuve en la boca un tiempo que me pareció eterno pero al final logré que entrara. Sabía de antemano que me iba a desmayar y aquí debo confesar que me sentía insegura y temerosa, es que apenas podía sostenerme. Y así sobrevino, mi quinto desmayo con un “gran vómito”, una tremenda curación. Un trabajo muy profundo que coronó la labor de mi Planta Maestra. Y como en la primer Dieta estuve con mi columna alineada durante las ocho horas que duró la Ceremonia de cierre en está quedé desparramada por los suelos sin poder hacer otra cosa más que “descansar”. Ya nena, es tiempo de tumbarte a relajar, merecido está. Me costó recuperarme, aun seguía algo mareada en la comida de despedida en la Anaconda, el restaurante de Pucallpa. Y para recrearte una vez más, debo contarte que también se despidió el que cortó el piolín la primer noche, solo que está vez estaba despierta y sentí cuando el tarrito cayó al suelo. Y aquí mientras se me fruncía el culo pensaba, tranquila si al fin y al cabo los espíritus siempre están dando vueltas, los veas o no, los escuches o no, ahí están y si quieres aprender de ellos cuanto antes dejes de temerles mejor. Igual no creas que es “temita superado”, estoy en ello. También como cierre y corolario de este proceso que es una Dieta Chamánica, señalarte que en el transcurso de la misma vas teniendo una cuantiosa comprensión en los diferentes órdenes de tu vida, recuerda que la conciencia está amplificada de lo que resulta el advenimiento de información precisa, es muy revelador.
Para finalizar quiero decir que esta es mi historia personal, muy distinta a la que pueden vivir otras personas. El acercamiento a las Plantas, teniendo en cuenta que son “seres espirituales”, es una experiencia única y como en cualquier otra relación, entre ambos se establece como un código de proximidad, seas conciente o no. Lo que creo es que en un punto cada uno decide hasta donde y en que tiempo se va a profundizar en el vínculo.


Un gran trabajo curandero del alma mía, muchas, muchas Gracias!!!