domingo, 14 de octubre de 2012

La Humanidad Despierta

 
Querid@, comparto contigo este fragmento del libro "El Cielo está Abierto" de Fresia Castro, decirte que resuena en mi corazón cada palabra, nos muestra con una imagen vívida su interpretación del despertar de la humanidad o la contrapartida, sucumbir. Que nuestra mirada conciente siga creciendo para integrar con la mayor armonía posible los intensos procesos que la materia está manifestando como fruto de la oleada frenética de energía que penetra la Tierra que habitamos, y en consecuencia asumir que lo natural es una respuesta del cuerpo humano acorde al cambio de frecuencias, somos parte, somos Uno. Con todo, será la actitud individual lo que marque la diferencia en como se experimenta y completa el proceso en cada uno.
Un abrazo amoroso.
La Zia 

 "El hecho más revelador que experimenté mientras vivía en esas latitudes se produjo durante una mañana de invierno, pasado el mediodía, mientras leía sentada en una roca, disfrutando del calor siempre estival del desierto. A partir de esa vivencia pude comprender a cabalidad lo que estaba sucediendo en nuestro planeta y la forma en que nos involucraba como humanidad. Una vez más la naturaleza daba la prueba de su sabiduría, escondida en los eventos más simples.
A pocos pasos del lugar elegido para mi lectura se había formado un pequeño charco de agua, producto de una breve pero intensa lluvia nocturna. El frío de la noche lo había convertido en hielo, tan sólido que se podía pisar sin que se resquebrajara; a medida que pasaba el tiempo, veía como los rayos del sol lo iban derritiendo, hasta convertirlo en una poza que se evaporaba rápidamente.
Al tiempo que esto sucedía, un estampido, seco como el de un disparo, me sacó violentamente de mi contemplación. Lo sentí tan cerca que mi primera reacción fue levantarme de un salto dispuesta a alejarme lo más rápido que pudiera; pero, al mirar hacia el lado de donde provino el ruido, pude darme cuenta, con asombro, que una gran piedra había estallado, fragmentándose.
¿Qué había ocurrido?
El sol había calentado con la misma intensidad tanto a la piedra como al agua, pero ambas tenían diferente frecuencia vibratoria; mientras la de la piedra era menor, es decir más lenta, la del líquido era mayor, o sea, sus partículas atómicas giraban a mayor velocidad, más cerca de la frecuencia vibratoria del electrón, que es luz. Ambos elementos habían sido expuestos al mismo
frío intenso de la noche y a la influencia de los rayos solares que, en el desierto, durante el día, mantiene una temperatura ligeramente variable entre invierno y verano no inferior a los 22 grados.
Los dos elementos, que en un momento habían adquirido una apariencia similar en su solidez y temperatura, habían reaccionado de acuerdo a su capacidad de sintonía con las altas frecuencias de la energía solar, teniendo el agua una respuesta armónica, en tanto que la piedra no había alcanzado el grado vibratorio elevado que le permitiera ajustarse a las nuevas frecuencias recibidas, produciéndose así los resultados descritos.
(...) todo depende de cómo se enfoque esta realidad:
desde la condición de "piedra" o de "agua".
Eso quiere decir que existe la posibilidad de reaccionar armónicamente a estas aparentes agresiones cósmicas, si nuestra condición vibratoria es tan elevada como para alcanzar la sintonización con las nuevas frecuencias que están llegando al planeta, así como lo hace el agua, cambiando de estado sin trauma. Por el contrario, si lo asimilamos desde la condición de "piedra", nuestro estado no permitirá un encaje armónico, produciendo los resultados que hoy afectan a la humanidad a través de ciertas enfermedades y trastornos diversos detectados por la ciencia médica.
La novedad consiste en que hoy, lejos de constituir todo ello una amenaza, y aunque parezca raro, el hombre puede aprovechar esta situación planetaria en forma benéfica, para salir de las limitaciones auto creadas que lo han mantenido en las bajas frecuencias de esta realidad atómica y recuperar el modelo original perfecto con el cual ha soñado y que le es inherente a su condición de "hecho a modelo y semejanza del Padre", como lo anuncian las grandes religiones.
Esto se debe a que al intensificarse las emisiones electromagnéticas provenientes del sol, también se elevan las frecuencias de la Tierra, llevando al planeta y a todo lo que vive en él a un nuevo estado ascensional, en un proceso de expansión creativa y, por consiguiente, a una mayor capacidad de
uso de este equipo —energía que somos, al recibir una mayor carga eléctrica, con el consiguiente aumento del voltaje. Si ocupamos correctamente este potencial que somos de acuerdo a las leyes de la energía, y encendemos adecuadamente nuestro programa original, podremos usar estas condiciones para nuestro beneficio y el de todo el planeta. Este es y ha sido el secreto alquímico que ha esperado al hombre para su manifestación, oculto en la experiencia espiritual de la religión y de las grandes tradiciones iniciáticas.
La condición creativa de la humanidad, limitada a un 10% de su capacidad cerebral, ha sido la responsable de la situación planetaria actual, con sus aciertos y desaciertos, buscando a veces a ciegas los caminos que la lleven a la perfección que anhela. Pero, también existen los eventos cósmicos que operan de acuerdo a grandes leyes inmutables a las que el ser humano no puede escapar ni controlar por ser infinitamente superiores a su comprensión.
La ciencia, desprendida de la espiritualidad, ha incursionado superficialmente en la búsqueda de paliativos a las condiciones de indefensión en que se encuentra el hombre frente a una realidad que no puede dominar y que amenaza la vida armónica de este planeta: enfermedades, sobrepoblación, embates de la naturaleza, cambios climáticos catastróficos, aumento de la violencia, del stress, de la soledad y de todos aquellos eventos que sobrepasan su propio proceso creador
(...) Diversos experimentos, clasificados como secretos, están siendo probados con objetivos diversos. Algunos con la intención de controlar los cambios climáticos, otros con la de controlar la mente individual y colectiva como fórmula estratégica de dominio, ambos bajo el dudoso propósito de salvar el planeta de un desastre inminente, pero cualquiera de ellos con la posibilidad de finalizar en el error.
(...) Si el hombre como ser-energía logra aumentar su voltaje al establecer redes de conexión a su Fuente Genérica, de la cual es hecho a modelo y semejanza, dejando que esas nuevas frecuencias determinen su elevación ordenada y poderosa de acuerdo a la sabiduría natural de ese gobierno superior, se convertiría en invulnerable a cualquier condición de influencia inferior a la perfección original. Así, sus procesos creativos y sus decisiones serían correctamente encaminados, permitiéndole al ser desprenderse de sus limitaciones autocreadas y entrar con paso firme en el camino de perfección que le es inherente.
Ante esta realidad, algunos osados pioneros en la aplicación de las leyes de la energía con diversos efectos benéficos para la salud, equilibrio y avance del hombre, han reencontrado algunas claves que preparan al ser para aprovechar estos impulsos de elevación vibratoria planetaria para beneficio de la humanidad. Estos seres, debido al rango de frecuencia en que se mueven —que es de alta vibración, ocasionado por el uso correcto que han dado a su campo energético, resultado de experiencias espirituales transformadoras— han sido los primeros en experimentarlas; y por radiación han influido en la transmisión de las técnicas adecuadas. Hoy, estos individuos se mueven entre la humanidad aparentemente mimetizados, puesto que lo invisible no está al alcance de los sentidos físicos y de la comprensión intelectual. Por lo tanto, deben sufrir los ataques y descalificaciones de los que no pueden asimilar estos avances de transformación. Es el destino de los soñadores de las grandes realidades. Es el precio de la limitación creativa y de entendimiento que da al ser humano el uso parcial del cerebro. Gracias a unos pocos se van tejiendo los grandes avances.
Son los precursores de las profesiones del siglo XXI.
(...) la historia se repite y lo nuevo demora en ser absorbido por la masa pensante, para pasar primero por el descrédito, la burla a veces y la descalificación por no detentar el "pase" de lo aceptado por las estructuras culturales del momento.
Gracias a estas nuevas y más asiduas descargas energéticas, elevadoras, la humanidad despierta a esta nueva comprensión aceleradamente; es una lucha de sobrevivencia: o se sintonizan con esta elevación o sucumben a los efectos de resistencia.
 

Como dijo André Malreaux: "El siglo XXI será espiritual o no será".