viernes, 29 de enero de 2010

Enlazada a Di@s

Sintiéndome amada por la Madrecita Ayahuasca y por todos los Abuelos y Abuelas de sabiduría
que me acompañan, quiero compartir contigo
el sentimiento de que...

Mi confianza en los sucesos de la Vida se consolida,
mi conciencia crece y con ella se fortalece mi espíritu,
mi cuerpo se enraíza, mi psiquismo se equilibra y
mi corazón continúa abriéndose al Amor.
El amor que siento por ti, no es diferente
al que siento por mi, al amor a la Vida.
El Amor que es Uno, cuando se instala en el Ser
no puede dejar de fluir, de abrazar, de sanar.

En las diferentes tradiciones chamánicas que vengo transitando se me confirma que una experiencia con Ayahuasca o con otro tipo de Medicina Ancestral no es Experimentar la profundidad que se nos revela a medida que vamos haciendo Camino.
Para experimentar “algo” tenemos que dejar caer los velos que ensombrecen nuestra visión y para ello se necesita más de algunas experiencias aisladas.
La visión más clara de uno mismo va haciendo a su vez que la mirada que dirigimos hacia afuera sea más integradora, aprendiendo a ver más allá de lo que se exterioriza.
Y a medida que nos vamos conociendo más profundamente, también nos abrimos a comprender y comunicar lo que percibimos y recibimos del Universo.
Cualquiera sea el Camino que elijamos para nuestro desarrollo nos demandará compromiso, el de la perseverancia, que será el pasaporte para adentrarnos en una visión diferente y más amplia de nosotros mismos y también de nuestro cometido en la Vida.

Cada uno decide que es lo que hace con la oportunidad de Amar.
La Zia