sábado, 10 de mayo de 2008

Vuelvo a la Selva III

IUPIIIIIIIIIIIIIIII, A CELEBRAR!!
Y me voy a mi tercer Viaje a la selva sin haberte dado testimonio del segundo, me quedan solo unas horas para mi partida, estoy tan feliz que no entro en mi cuerpo. Hace unos días que me puse a trabajar con total abnegación y cariño en este escrito para dejar asentado lo vivido en diciembre y a su vez completar un ciclo para dar lugar a lo nuevo que viene. Esta vez serán dos Dietas seguidas, con un intervalo en el medio de pocos días.Volveremos a Pucallpa a despedir al grupo y buscar al siguiente, al menos eso me dijo Diego, y aquí debo confesarte que ruego no cambie de opinión porque esto de quedarme en la selva sin él hace que mis esfínteres se contraigan profundamente, creo estar siendo clara con la imagen, verdad? Con todo, siento que vengo “preparándome” pero no estoy segura desde cuando, tal vez de toda la Vida. Hace semanas que mis cuerpos (físico, mental, emocional, espiritual) están en un trabajo muy intenso, se entremezclan los efectos de la Dieta de diciembre con la puesta a punto para estas “dos” que vienen. En verdad es un continuado, no puedo decir aquí terminó el efecto de la Dieta y comienza la preparación para la siguiente. A medida que han ido pasando los días, las semanas, el trabajo de la segunda Dieta se ha ido asentando. Y para decirlo de alguna manera me voy “enterando de algo”, que por un lado es tan poco que creo ni tendría que mencionarlo pero a su vez ese alguito de claridad me hace ver de que sigo sin “enterarme”, es decir que hay “tanto” que mi mayor certeza es que no me alcanzará esta Vida para “ver” tanta grandeza. Soy conciente que estas palabras te pueden llegar como un acertijo, o tal vez a ti, justo a ti no. Es que nuestro lenguaje no me alcanza para expresarte lo que siento, no obstante lo estoy intentando, ya te he dicho lo importante que es para mi compartir.





Y para continuar, haber como te lo digo, mi primer Dieta fue casi una poesía, la bienvenida, aunque tuvo el lado “durillo”, en su conjunto digamos que fue como Lírica. Al igual que mi primer Ceremonia, luego mi querido/a trabajito puro y duro con algún que otro éxtasis compensatorio para no desfallecer en el Camino.
En mi segunda Dieta hasta los preliminares fueron un desafío, perdí el pasaporte y lo supe la noche antes de la partida, sencillamente no estaba por ningún lado, di vueltas la casa ciento de veces hasta la madrugada sin resultado alguno. Igual decidí ir al aeropuerto, sin dormir y dispuesta a suplicar para que me dejaran volar, lo hice claro, pero claro también que me mandaron de vuelta.
Y con las maletas a cuestas todo el trámite, consulado, poli, vuelta al consulado, agencia de viajes y por supuesto billetito tras billetito puesto sobre cada mostrador. Con todo en unos días ya estaba volando hacia Perú pero llegué un día después, así que me tuve que ir sola al campamento y no te cuento los pormenores que tuve en el medio porque se haría muy largo.Cuestión que sea como sea yo iba a llegar y así lo hice pero todos estos contratiempos no me permitieron “entrar” a la Dieta con tranquilidad. En fin, para algo son los sucesos que se presentan en nuestras vidas, y este me mostró que pase lo que pase ahí estaría, porque es mi lugar y no hay otro donde yo quiera estar.



El primer día es para la Yawuar Panga, una poderosa planta purgativa que te limpia profundamente y prepara tus cuerpos para el trabajo de la Dieta. Como llegué al otro día y ese atardecer teníamos la primer Ceremonia con la Madrecita no era apropiada la purga, muy fuerte las dos Plantas para un mismo día. Así que se fue postergando, yo en los primeros días convencida que la iba a tomar en algún momento, que iba a poder con todo pero a medida que avanzaba el tiempo reconocía que no me daba la “estructura” para sostener en mi cuerpo las tres Plantas. A la Yawar Panga la había tomado en septiembre y recordé que Diego dijo que tomarla dos veces al año estaba bien, así que como iba a volver en mayo le pedí si lo podíamos dejar pendiente, digamos que una pequeña negociación que parecía al principio no entusiasmarle pero se concentró y uffffffff, acepto.
En una Dieta se trabaja con una Planta Maestra y con la Madre Ayahuasca, previa purga como ya hice mención. Ahora me doy cuenta que en mi primer testimonio no hice mención de la Planta que dieté y esto fue porque estaba imbuida de poesía, hoy tengo una visión algo más práctica…





Entonces, en septiembre del 2007, en mi primer Dieta fue la Planta Maestra Bobinzana, es un espíritu femenino y del agua que se presenta en forma de sirena, esta divina Planta te ayuda a enraizarte profundamente y te otorga gran fuerza espiritual. En el orden físico se la usa para casos de reuma, artritis, retención de líquidos, edemas, desordenes en el útero, problemas de post parto, frío. El curandero me daba una jarra de dos litros por día, recuerdo que por mi espíritu abnegado después de unos días le pedí más, pero claro toda la noche haciendo pis y te aseguro que levantarte en la oscurísima noche de la selva a mear no es lo mismo que hacerlo en casa, así que desistí de la perfecta aprendiza y volví a mis dos litros. No te imaginas cuanto disfruto rememorando esos momentos y compartiéndolo contigo. La Bobinzana se me presentó claramente en algunas Ceremonias, la sentí en la ciudad y cuando volví a la selva, en mi segunda Dieta, apenas llegue a mi tambo su olor penetró por mis narinas en varias oportunidades el primer día y al día de hoy me sigue acompañando, siento que a medida que pasa el tiempo su presencia se hace más fuerte dentro de mi, como cualquier otra relación nos vamos consolidando. También siento cuando el curandero la va haciendo más fuerte dentro de mí, y me doy cuenta de que es un “proceso” generar la asociación, y en ese tiempo que se requiere para arraigar la comunión con la Planta es muy importante que sigas comunicando con ella, si la olvidas Ella se olvida de ti también. Bueno, esto es lo que siento y tal vez esté equivocada pero como creo que también es una relación y como cualquier otra tiene que ser alimentada, sino se debilita y hasta puede desaparecer.
Si, ya es hora que te cuente un poco de la segunda Dieta. Vale, lo haré pero en otro apartado.
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Mi segunda Dieta

Mi segunda Dieta, fue una vorágine desde antes de empezarla pero cuando el taxi salió de la ruidosa ciudad de Pucallpa y entró en la carretera mostrándome el paisaje agreste de vivos olores y colores, la calma volvió a mi y sentí estoy en “casa”, empecé a disfrutar del camino. Cuando llegué al pequeño pueblo donde embarcamos para ir al campamento, cuanta alegría al ver a Don Raúl y a Serafín, dos buenos hombres que trabajan en Sachavacay, me fueron a buscar con el bote. El llegar con un día de atraso y prisa en el alma hizo que sintiera que me había perdido de algo, pero tenía que aceptar y prepararme para la Ceremonia de apertura de la tarde. Una vez más el privilegio de entrar en ese Espacio Sagrado, y todos los pormenores se hicieron insignificantes. Hubo una intensa lluvia, es de gran belleza estar en la maloka ceremonial mientras llueve; había llevado mis plumas de Cóndor y por primera vez las iba a vivenciar, el curandero ya me las había soplado y dejado “listas” en una Ceremonia de ciudad, así me dice después de hacer su “trabajito”, y dicho sea de paso fue muy emotivo para mí verlo con ellas, como si fueran una prolongación de él, las alas cobraron vida en sus manos. La Unidad manifestándose en una Danza sin igual. También en esta Ceremonia inicial, por primera vez fumo mapacho (cigarrillos artesanales de puro tabaco, sin filtro que se fuma en la selva y los chamanes utilizan en Ceremonia) fue muy significativo para mi por que lo hice con toda conciencia, sentí que el Abuelo Tabaco me estaba autorizando a fumarlo y me dio la visión ritualística del “fumar”, fue de gran profundidad, el humo, el olor, el sabor intenso en mi boca y tan concentrada, tan conectada. En un momento mis manos adoptan un gesto que sentí sagrado, el mudra del Tabaco. Y aunque “no me entero”, tengo la convicción que en otro plano de conciencia está sucediendo la curación, el aprendizaje. Aun sigue siendo un saber sin intelección, como si el Conocimiento y Poder ancestral, me estuvieran preparando para tal vez algún día tener el honor, la bendición de poder comprender también con la razón lo que hace mucho tiempo solo se por vibración, sentimiento, emoción. Y claro, ahora más que nunca “apuesto” al Misterio con absoluta confianza. No hay red que me sostenga, hay entrega, hay anhelo del Alma…




Mi Planta Maestra en esta segunda vuelta fue el Chiric Sanango, un espíritu masculino de gran presencia que repara las energías del cuerpo y el espíritu, nos induce a la reflexión, abre nuestra sensibilidad y nos conecta con lo esencial. En lo físico se lo utiliza para picaduras de serpientes, en casos de artritis y reumatismo. También ejerce su acción con las enfermedades venéreas y es un estimulante del sistema linfático. En mi primera noche dormí profundamente, ni cuenta me di que había entrado en la negrura de la selva. Para esta Dieta pensé en dejar una velita prendida, lo que dure, ya que las noches son muy largas y por lo general no se duerme mucho porque estas ensoñando, ademas me levanto bastante para hacer pis y con tanta oscuridad digamos que una lucecita se agradece. Cuestión que me llevo una vasija la que colgué de un piolín en uno de los troncos del tambo, al despertarme la encontré en el suelo. Ok pensé, la llama quemó el piolín, pero no parecía quemado sino más bien un corte. Y tomé la decisión de no darle trascendencia, lo dejé pasar pero claro había una cierta inquietud.


En esa mi primer mañana el curandero me trae, por un lado hojas de Ajo Sacha para el baño, que es un Planta que da protección, repara las energías del cuerpo y ayuda en los estados depresivos, y por otro me presenta a mi Planta Maestra, “Sananguito”, me da una taza con apenas un chupito y me dice que beberé solo eso y que lo haría día por medio. Que me prepare porque me daría cierta “mareación” (así se denomina a los síntomas físicos después de beber ciertas Plantas) en unos 15´ a 20´ empezaría a sentir sus efectos en la boca, que se iba adormecer y luego se extendería por todo el cuerpo, y que era posible sentirlo trabajar más fuerte en algunas partes que en otras y para rematarla tendría mucho frío. Que bien pensé, cuanto por experimentar! Entonces decidí dejar todo listo antes de beber mi chupito para estar solo dedicada a la Planta, era mi primera vez con Ella. Fui a buscar agua al río y prepararé mi baño, mientras las hojitas del Ajo Sacha maceraban me puse a acondicionar el tambo. Ya estaba lista, salud! Cuanta emoción esperando su trabajo en mí, todo fue sucediendo como me lo indico el curandero, sentía como el espíritu de la Planta iba haciendo su recorrido inicial en un reconocimiento de mi persona y de mis males, su efecto empezó a mermar después de unas 5 horas. Y allí estaba, para sanarme así que a seguir trabajando. En la segunda Ceremonia con la Ayahuasca otra vez se demoró la mareación en subir, como en la primera, cuando esto sucede la mente inferior se me alborota y es difícil lidiar con ella. Quiero ir hacia el Sol y me quedo atrapada en la película mental, me sigue costando aceptar esta situación, me enojo conmigo misma por no estar en calma y se transforma en un círculo vicioso. Recuerdo que en la primera etapa cuando esto sucedió llegué a pensar que la Madrecita ya no me quería con Ella, un horror, como una nena desahuciada por su madre. Ahora se que no es así pero sigo sin comprender porque esto sucede algunas veces, paciencia, a su debido tiempo me enteraré como tantas otras cosas. Igualmente en esa Ceremonia ocurrió una potente curación, después de largo tiempo, como por sorpresa se me arrancó de muy profundo un vómito, y aquí fue donde le salpiqué la guitarra a Diego, pero esto no es nada, en otra ocasión que me estaba curando y me desmayé, parece ser que estando inconciente le vomité encima. A ver, yo entiendo que te pueda parecer un asco mi relato pero es que estamos en una curación chamánica herman@. Y no me digas que no tiene su lado enternecedor vomitarle a tu maestro chamán y que no te proyecte a patadas hacia la estratosfera? Asqueroso pero tierno a la vez, si. En un momento de la Ceremonia el curandero le da a Wilmer (su asistente y aprendiz de la selva) un mapacho y le dice: hay que ser muy hombre para fumar todo un mapacho en Ceremonia, y a mi me había dado una hojita de Ajo Sacha para oler, yo estaba muy concentrada en el olor y sentí que el espíritu de la Planta me dijo con toda claridad: existen leyes que respetar, hay normas y tradición. Aquí comprendí mucho más de lo que ahora puedo escribir. El Chiric Sanando seguía haciendo su trabajito, en el día y en la noche, poco a poco. La siguiente Ceremonia, posiblemente una de las más reveladoras de las vividas hasta ahora, pero a la vez es muy difícil catalogarlas, todas han tenido un tremendo significado. Al poco de comenzar Diego se dirige a mi especialmente y me dice “respira”, en ese momento no entendí porque me hacia especial hincapié en algo que se supone ya lo se, y un rato después se levanta a hacer un recorrido por la Maloka, cosa habitual en él pero antes me da un besito, cosa que nunca antes había hecho. Pensé: Y esta demostración de afecto ahora? Que raro! Después supe que era por lo que iba a venir…
Créeme que en estos momentos en los que estoy reviviendo lo sucedido al narrarte la experiencia, todo mi cuerpo está estremecido, mi corazón tiene otro latir, mi respiración entrecortada y tiemblo y me río y agradezco, agradezco tanto. Y de mis ojos brotan lágrimas de profunda emoción! En las Ceremonias pasamos por momentos “difíciles”, algunos más que otros, de mayor o menor duración. Y lo que estoy sintiendo es que no es el tiempo de explicarte en detalle este proceso porque ademas cada uno de nosotros lo vive en forma diferente. No obstante, es importante que sepas que es en estos “momentos difíciles” donde se produce la mayor curación, donde tu espíritu se fortalece y aprendes. Y claro que tienes que ser valiente pero la recompensa es tan grande querid@ mi@. Y así fue que en esta apoteótica Ceremonia el “momento difícil” me duró seis, siete, ocho horas? Te confieso que en varias oportunidades sentí “no puedo más”, no tengo más fuerzas, estaba agotada, pero mi espíritu me decía que tenia que seguir adelante, que no estaba sola y te juro que sentía que toda la selva me estaba acompañando, cada planta, cada animal me estaba dando su fuerza pero era yo la que tenia que hacer el trabajo, nadie lo podía hacer por mi. Estaba teniendo toda la ayuda pero yo tenia que “estar ahí”. En un momento siento que me tocan los pies, abro los ojos y era Danielle, una de las chicas que estaba participando, que con una mirada colmada de amor se agacha y me besa los piecitos. Sentí que era una mensajera de Di@s para recordarme que no estaba sola, que me estaban acompañando. En otro momento de desasosiego abro los ojos para buscar los ojos del curandero, me quedo mirándolo hasta que él me mira y me dice: “Que pasa Zia” en un tono digamos grave. Y yo con la boca sellada solo pude pensar, nada, no pasa nada maestro, está todo bien, sigue curándome. Así absorbí de sus ojos la fuerza que necesitaba, volví a cerrar los míos y seguí adelante. Creo que podría completar páginas y páginas solo con lo que viví en esta Ceremonia. Hubo otro momento memorable en donde Leila, una nenita de unos diez añitos que estaba participando con nosotros se acercó a darme un abrazo imposible de describir, otra mensajera del Amor Divino. Con este “trabajo” empecé a sentir que se reafirmaba el anhelo de ser una curandera, que estaba empezando a ganarme ese “lugar”, que había mucho por hacer pero ya estaba encaminada y que mi maestro estaba confiando en mi y me daba todo su acompañamiento. A la mañana tocaba mi chupito del Chiric Sanando, esta vez subió lento y no demasiado fuerte, ahora a la distancia pienso que tal vez Diego me dio una dosis más suave por el intenso trabajo con la Madrecita, quien sabe, la cosa que en ese momento pensé en pedirle una dosis doble para la próxima. Que no, no soy masoquista, verdad, créeme. Es que tengo muchas “ganas” de avanzar en el Camino, es solo eso. Con la dosis aparentemente suave, esa noche fue bien difícil. La Planta empezó a curarme a través del soñar, en ese momento no fui conciente de ello, es lo que me sucede, me voy dando cuenta poco a poco de cómo son las cosas. Estoy como ciega, lo se, y por eso es tan importante que confíe en mi maestro. A ese sueño prácticamente no lo pude recordar pero mi respiración estaba muy agitada y me desperté llorando, quedé con miedo.

Esa noche estuve muy tensa y pensé en pedirle a Diego que me vuelva a dar la Guayusa para hacerme los baños, es una Planta que cura los miedos, nos da valor y armoniza con la selva. Y a la mañana siguiente el curandero me la trae, la telepatía nos va funcionando cada vez mejor. A esta segunda Dieta fui con la intención de adquirir “fortaleza”, para mi cuerpo, para mi espíritu. Una fortaleza que me permita seguir adelante con este mi Camino Chamánico, que me permita sostener la energía que entra en mí para curarme sin desmayarme. Una fortaleza que me permita realizar mi “trabajo” sin terminar consumida. Diego me había dicho que dietaría la Chuchuhuasi que es otra Planta Maestra que da gran fuerza espiritual pero optó por el Chiric Sanango que me prepararía mucho mejor para entrar en la próxima Dieta con la Chuchuhuasi, igual ya te diré a la vuelta porque nunca se sabe. Así fue que en la cuarta Ceremonia en uno de esos “momentos difíciles” se me dijo claramente que a esa FUERZA me la tengo que ganar, como a todo lo que vendrá. Que nada se me iba a otorgar porque sí, que tengo toda la “ayuda”, toda. Pero soy yo la que tiene que aprender a desarrollar esa fuerza y justamente es en los momentos más difíciles donde se está forjando la chamana que anhelo ser.
En la dificultad está la oportunidad!

Ahora trataré de compartir una gran bendición, y estoy sintiendo una vez más la dificultad del lenguaje, su limitación. Se me presentó a mi Familia, digamos de “origen”, de Aves. Lo viví como un absoluto privilegio, un tremendo honor. Un recuerdo de otros tiempos o una vivencia en otro plano de existencia o un vuelo místico o una preciosa experiencia, como tú prefieras interpretarla. Tenía las plumas de cóndor en mis manos y de repente empiezo a concebir la perfecta Unidad en un despliegue de belleza, de júbilo, de amor incondicional que se encarnizaba penetrando por mis narinas con el agudísimo olor de las aves en plena Vida. Era parte del nido, era la cría, el pichón que estaba siendo acunado, protegido, amado. Por Di@s cuanta Bendición! Las plumas estaban vivas me acariciaban el cuerpo y el alma. Soy conciente que con este fragmento no puedo ni aproximarte a lo que sentí pero igualmente lo comparto para decirte que en esos momentos pensé: ya nunca más podré sentirme sola. Y reflejar esto es importante porque ese sentimiento de profunda “soledad existencial” me acompañó toda mi vida, y va más allá de estar acompañada o no. Era como un desarraigo pero sin saber de donde, perdida en la inmensidad del Universo mi alma gritaba: quiero volver a casa, a mi tribu. Pero no era el tiempo, el tiempo es ahora. Después de haber volado otros cielos, porque como decía mi maestro Osho, hay cielos y más cielos por explorar. Luego devino una gran enseñanza de mi maestro Diego, en vivo y en directo con el espíritu del niño, de juego. Te lo cuento, me retiro de la Ceremonia para ir a hacer pis, cuando regreso a mi lugar y quiero volver a coger mis amadas alas, habían desaparecido. Es que no podrías imaginar mi desesperación, estaba desorientada, obnubilada. Se me desgarró el corazón, pero donde están por Di@s? Miraba a Diego y el muy concentrado cantando sus ícaros, buscaba con los ojos alborotados por toda la maloka, los miraba a todos y cada uno de mis compañeros de Ceremonia, es que no entendía, no podía pensar. Me había reencontrado con mi Familia, había sido tan feliz y ahora tan pronto la había perdido? Y aquí tienes que recordar que estaba en estado alterado de conciencia, en otra dimensión o sea que la percepción crece descomunalmente pa´ bien o pa´ mal. Y al fin sucedió la comprensión!!! Mi maestro me estaba dando una gran enseñanza, pura vivencia, no hubo palabras. Pero yo interpreté: Lo que has vivido ya es parte de ti, nadie te lo puede quitar, y con plumas o sin ellas tienes la valoración, el poder de evocar y atraer hacia ti lo que esa vivencia te aportó. No necesitas muletillas, nada externo a ti te puede sostener, si está fuera es una proyección de ti misma. Tú le pones el poder al objeto, por si solo el objeto no tiene vida. Las alas viven a través de ti, de tu evocación. Entonces, si algún día ya no tienes la barita mágica dejas de ser una maga? Y seguí concentrada en mi trabajo, tranquila, agradecida. Y en un momento se me abren los ojos, giro la cabeza y veo las alas clavadas en la tierra a la entrada de la maloka. Cuanto te quiero Diego! Y si bien tengo mucho más para compartir de esta Ceremonia como ya te dije de las otras, seguiré adelante y en otro momento profundizaré más.
Recuerdas que hice mención de que iba a pedirle al curandero que me suba la dosis del Sanago? Bueno, tendré que tener cuidado con mis deseos porque parece ser que se me conceden. Ya Diego me había dicho que lo bebiera apenas me lo traía y no esté dando vueltas, o sea que la limpieza del tambo pa´despues. Ese era el último chupito y al día siguiente sería la última Ceremonia, para ubicarte en el tiempo. En principio contarte que ya tenía cierta familiaridad con Sananguito, como que habíamos pasado la etapa de reconocimiento mutuo y desde mi la total confianza y entrega a su “divino trabajito”. Creo que como era la despedida aprovechó y me tuvo todo el día y la noche velando, bendito seas doctorcito querido! La marcación más fuerte que nunca no mermaba, con mucho frío y dolores en la parte alta de la espalda y en la zona de los riñones. Estuve todo el día en mi hamaca cubierta hasta las orejas con mantas y bien quietita dejando que mi Planta haga su curación, estaba muy tranquila pero a la vez sorprendida de la caña que me estaba dando, en un punto sentía que el trabajo lo hacíamos juntos, en equipo. El curandero me había dicho que es bueno bañarse cuando la mareación está muy alta, que ayuda a bajarla un poco y seguir adelante más relajado, pero yo en verdad no quería que baje. Lo estaba llevando bien y con plena felicidad por ser conciente de la ayuda que estaba recibiendo. Igual no tenia fuerzas para moverme y sentía mucho frío, así que ni pensar en ir al río. Cuestión que las horas fueron pasando y se hacía de noche entonces pensé que tenía que poner voluntad para ir al río, así que respiré hondo, cogí mi cubo para el agua y marché pero como me sentí débil e insegura de sostenerme decidí pedirle ayuda a Andréu, uno de los chicos de la Dieta que tenía su tambo muy cerca, y él muy amorosamente cargó el agua y me acompañó hasta mi tambito, gracias hermanito. Ok, a mojarse sea dicho y a descansar pues. Pero no, la cosa continuó toda la noche, claro era la despedida. Y creo que en esta noche se principian los “sueños chamánicos”, estaba entrando en otra etapa y aunque fue un poco impresionante porque en una parte del sueño “vomité mierda”, te juro que fue muy real, pero mejor no te doy más detalles, solo decirte que estaba tan contenta por acceder al mundo de los “sueños”. En este amanecer me despertó una luz que giraba a mí alrededor y ahora pienso que debió ser intensa porque me sacó del sueño, se mostraba y se ocultaba como si fuera una linterna grande que prende y apaga. Para serte sincera lo menos que pensé es que era un espíritu, en ese momento creí que eran los guardianes haciendo su ronda y jugando con la linterna pero después de un rato me di cuenta que no porque iba muy rápido para ser una caminata matinal en la selva. En una total ignorancia esperé a ver a Diego y preguntarle, me dijo que era la “lamparilla” un espíritu de la selva, y ahí quedo todo.
La última Ceremonia, mi Di@s! Llegué a la maloka débil y aun con la mareación de Sananguito. El curandero me había dicho que no llevara mis plumas y que no me echara agua. A ver, esto quería decir ningún soporte, iba a tener que montar a pelo, y claro que le puedo refutar a mi maestro? Él indica y yo acato, lo que no inhibe a cada una de mis células ponerse a temblar como locas pero con todo “ahí” estoy, en mi lugar. Hace mucho que no bebo agua antes, durante o después de una Ceremonia pero si me enjuagaba la boca y echaba agua en la cabeza en los momentos difíciles, sentía que con eso podía evitar desmayarme, al igual que las plumas me reavivaban, como si pudiera resistir más. A veces algún compañero de Ceremonia me dice que tengo que poner de mi parte para no desmayarme y me da indicaciones de lo que puedo hacer y yo le digo: es que tú no puedes ni imaginarte todo lo que pongo de mí para no “caer desplomada”, es una verdadera batalla pero sucede y lo acepto porque tengo la convicción de que todo lo que me pasa en para mi bien. Cada vez que me desmayo vivo la agonía previa a la muerte, la muerte misma y la resurrección, tengo mi teoría al respecto pero como no estoy segura prefiero no exponerla aun. A veces creo una cosa y después es otra y Diego ya me ha dicho que es normal, así que hay que tomarse todo con pinzas, ser muy flexible y confiar mucho porque en verdad estas recorriendo el Camino con unas cuantas vendas en los ojos. Esto quiere decir que a medida que se avanza las vendas van cayendo una a una, hasta que al final solo habrá “claridad”. Nunca antes me fue tan difícil tragar el último sorbo de Madrecita, la tuve en la boca un tiempo que me pareció eterno pero al final logré que entrara. Sabía de antemano que me iba a desmayar y aquí debo confesar que me sentía insegura y temerosa, es que apenas podía sostenerme. Y así sobrevino, mi quinto desmayo con un “gran vómito”, una tremenda curación. Un trabajo muy profundo que coronó la labor de mi Planta Maestra. Y como en la primer Dieta estuve con mi columna alineada durante las ocho horas que duró la Ceremonia de cierre en está quedé desparramada por los suelos sin poder hacer otra cosa más que “descansar”. Ya nena, es tiempo de tumbarte a relajar, merecido está. Me costó recuperarme, aun seguía algo mareada en la comida de despedida en la Anaconda, el restaurante de Pucallpa. Y para recrearte una vez más, debo contarte que también se despidió el que cortó el piolín la primer noche, solo que está vez estaba despierta y sentí cuando el tarrito cayó al suelo. Y aquí mientras se me fruncía el culo pensaba, tranquila si al fin y al cabo los espíritus siempre están dando vueltas, los veas o no, los escuches o no, ahí están y si quieres aprender de ellos cuanto antes dejes de temerles mejor. Igual no creas que es “temita superado”, estoy en ello. También como cierre y corolario de este proceso que es una Dieta Chamánica, señalarte que en el transcurso de la misma vas teniendo una cuantiosa comprensión en los diferentes órdenes de tu vida, recuerda que la conciencia está amplificada de lo que resulta el advenimiento de información precisa, es muy revelador.
Para finalizar quiero decir que esta es mi historia personal, muy distinta a la que pueden vivir otras personas. El acercamiento a las Plantas, teniendo en cuenta que son “seres espirituales”, es una experiencia única y como en cualquier otra relación, entre ambos se establece como un código de proximidad, seas conciente o no. Lo que creo es que en un punto cada uno decide hasta donde y en que tiempo se va a profundizar en el vínculo.


Un gran trabajo curandero del alma mía, muchas, muchas Gracias!!!

sábado, 5 de abril de 2008

Tremenda Sabiduría

Hola Querid@, elegí estas fotos que son de San Juan 2007 donde tuve el honor de compartir con estos hermanos de Bolivia, de aquí, de allí y de más allá. Un maravilloso encuentro de Pueblos en la sagrada montaña de Monserrat!

Este mensaje que vas a leer va a sensibilizar a tu alma, con mucho amor lo comparto contigo…
















NOSOTROS SOMOS UNA PARTE DE LA TIERRA

Carta dirigida por el Jefe indio Seattle, Gran Jefe de los Duwamish, al 14º presidente de los EE.UU, Franklin Pierce en 1855. Pronunció este discurso ante Isaac Stephens, Gobernador del Territorio de Washington en 1855, y no se publico hasta 1887, treinta y dos años después.

El gran Jefe de Washington nos envió un mensaje diciendo que deseaba comprar nuestra Tierra. El Gran Jefe también nos envió palabras de amistad y de buena voluntad. Es una señal amistosa por su parte, pues sabemos que no necesita nuestra amistad. Pero vamos a considerar su oferta, porque sabemos que si no se la vendemos, quizá el hombre blanco venga con sus armas y se apodere de nuestra Tierra. ¿Quién puede comprar o vender el Cielo o el calor de la Tierra? No podemos imaginar esto si nosotros no somos dueños del frescor del aire, ni del brillo del agua. ¿Cómo él podría comprárnosla? Trataremos de tomar una decisión. Según lo que el Gran Jefe Seattle diga, el Gran Jefe en Washington puede dejarlo, del mismo modo que nuestro hermano blanco en el transcurso de las estaciones puede dejarlo. Mis palabras son como las estrellas, nunca se extinguen. Cada parte de esta tierra es sagrada para mi pueblo, cada brillante aguja de un abeto, cada playa de arena, cada niebla en el oscuro bosque, cada claro del bosque, cada insecto que zumba es sagrado, para el pensar y el sentir de mi pueblo. La savia que sube por los árboles, trae el recuerdo del Piel Roja. Los muertos de los blancos olvidan la Tierra en que nacieron, cuando desaparecen para vagar por las estrellas. Nuestros muertos nunca olvidan esta maravillosa Tierra, pues es la madre del Piel Roja. Nosotros somos una parte de la Tierra, y ella es una parte de nosotros. Las olorosas flores son nuestras hermanas, el ciervo, el caballo, la gran águila, son nuestros hermanos. Las rocosas alturas, las suaves praderas, el cuerpo ardoroso del potro y del hombre, todos pertenecen a la misma familia. Por eso cuando el Gran Jefe de Washington, nos envió el recado de que quería comprar nuestra Tierra, exigía demasiado de nosotros. El Gran Jefe nos comunicaba que quería darnos un lugar, donde pudiéramos vivir cómodamente. Él sería nuestro padre, y nosotros seríamos sus hijos. ¿Pero, será posible esto alguna vez? Dios ama a vuestro pueblo y ha abandonado a sus hijos rojos. Él ha enviado máquinas para ayudar al hombre blanco en su trabajo, y construye para él grandes pueblos. Él hace que vuestra gente cada vez sea más poderosa, día tras día. Pronto invadiréis la Tierra, como ríos que se desbordan desde las gargantas montañosas, por una inesperada lluvia. Mi pueblo es como una corriente desbordada, pero sin retorno. No, nosotros somos de razas diferentes. Nuestros hijos no juegan juntos, y nuestros ancianos no cuentan las mismas historias. Dios os es favorable, y nosotros estamos como huérfanos. Meditaremos sobre vuestra oferta de comprarnos la Tierra. No será fácil, porque esta Tierra es sagrada para nosotros. Nos sentimos alegres en este bosque. No sé por qué, pero nuestra forma de vivir es diferente de la vuestra. El agua cristalina, que brilla en arroyos y ríos, no es sólo agua, sino la sangre de nuestros antepasados. Si os vendemos nuestra Tierra, habéis de saber que es sagrada, y que vuestros hijos aprendan que es sagrada, y que todos los pasajeros reflejos en las claras aguas son los acontecimientos y tradiciones que refiere mi pueblo. El murmullo del agua es la voz de mis antepasados. Los ríos son nuestros hermanos, ellos apagan nuestra sed. Los ríos llevan nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si vendiésemos nuestra tierra tenéis que acordaos, y enseñar a vuestros hijos que los ríos son nuestros hermanos -y los vuestros-, y que tendréis desde ahora que dar vuestros bienes a los ríos, así como a otros de vuestros hermanos. El Piel Roja siempre se ha apartado del exigente hombre blanco, igual que la niebla matinal en los montes cede ante el sol naciente. Pero las cenizas de nuestros antepasados, sus tumbas, son tierra santa, y por eso estas colinas, estos árboles, esta parte de la Tierra, nos es sagrada. Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestra manera de pensar. Para él una parte de la Tierra es igual a otra, pues él es un extraño que llega de noche y se apodera en la Tierra de lo que necesita. La Tierra no es su hermana, sino su enemiga, y cuando la ha conquistado, cabalga de nuevo. Abandona la tumba de sus antepasados y no le importa. Él roba la Tierra de sus hijos, y no le importa nada. Él olvida las tumbas de sus padres, y los derechos de nacimiento de sus hijos. Trata a su madre, la Tierra, y a su hermano, el Cielo, como cosas que se pueden comprar y arrebatar, y que se pueden vender, como ovejas o perlas brillantes. Hambriento, se tragará la tierra, y no dejará nada, sólo un desierto. No sé, pero nuestra forma de ser, es diferente de la vuestra. La vista de vuestras ciudades hace daño a los ojos del Piel Roja. Quizá porque el Piel Roja es un salvaje y no lo comprende. No hay silencio alguno en las ciudades de los blancos, no hay ningún lugar donde se pueda oír crecer las hojas en primavera y el zumbido de los insectos. Pero quizá es porque yo sólo soy un salvaje, y no entiendo nada. La charlatanería sólo daña a nuestros oídos. ¿Qué es la vida si no se puede oír el grito solitario del pájaro chotacabras, o el croar de las ranas en el lago al anochecer? Yo soy un Piel Roja y no entiendo esto. El indio puede sentir el suave susurro del viento, que sopla sobre la superficie del lago, y el soplo del viento limpio por la lluvia matinal, o cargado de la fragancia de los pinos. El aire es de gran valor para el Piel Roja, pues todas las cosas participan del mismo aliento: el animal, el árbol, el hombre, todos participan del mismo aliento. El hombre blanco parece no considerar el aire que respira; a semejanza de un hombre que está muerto desde hace varios días y está embotado contra el hedor. Pero si os vendemos nuestra Tierra no olvidéis que tenemos el aire en gran valor; que el aire comparte su espíritu con la vida entera. El viento dio a nuestros padres el primer aliento, y recibe el último hálito. Y el viento también insuflará a nuestros hijos la vida. Y si os vendiéramos nuestra Tierra, tendríais que cuidarla como un tesoro, como un lugar donde también el hombre blanco sepa que el viento sopla suavemente sobre las flores de la pradera. Yo soy un salvaje, y es así como entiendo las cosas. He visto mil bisontes putrefactos, abandonados por el hombre blanco. Los mataron desde un convoy que pasaba. Yo soy un salvaje y no puedo comprender cómo el caballo de hierro que echa humo, es más poderoso que el búfalo, al que sólo matamos para conservar la vida. ¿Qué es el hombre sin animales? Si todos los animales desapareciesen el hombre también moriría, por la gran soledad de su espíritu. Lo que les suceda a los animales, luego, también les sucede a los hombres. Todas las cosas están estrechamente unidas. Lo que le acaece a la Tierra también les acaece a los hijos de la Tierra. Tenéis que enseñar a vuestros hijos que el suelo que está bajo sus pies tiene las cenizas de nuestros antepasados. Para que respeten la Tierra, contadles que la Tierra contiene las almas de nuestros antepasados. Enseñad a vuestros hijos lo que nosotros enseñamos a los nuestros: que la Tierra es nuestra madre. Lo que le acaece a la Tierra, les acaece también a los hijos de la Tierra. Cuando los hombres escupen a la Tierra, se están escupiendo a sí mismos. Pues nosotros sabemos que la Tierra no pertenece a los hombres, que el hombre pertenece a la Tierra. Eso lo sabemos muy bien, todo está unido entre sí, como la sangre que une a una misma familia. Todo está unido. Lo que le acaece a la Tierra les acaece, también, a los hijos de la Tierra. El hombre no creó el tejido de la vida, sólo es una hilacha. Lo que hagáis a este tejido, os lo hacéis a vosotros mismos. No, el día y la noche no pueden vivir juntos. Nuestros muertos siguen viviendo en los dulces ríos de la Tierra, y regresan de nuevo con el suave paso de la Primavera, y su alma va con el viento, que sopla rizando la superficie del lago. Consideramos la posibilidad de que el hombre blanco nos compre nuestra Tierra. Pero mi pueblo pregunta: ¿qué es lo que quiere el hombre blanco? ¿Cómo se puede comprar el Cielo, o el calor de la Tierra, o la velocidad del antílope? ¿Cómo vamos a venderos esas cosas y cómo vais a poder comprarlas? ¿Es que, acaso, podréis hacer con la Tierra lo que queráis, sólo porque un Piel Roja firme un pedazo de papel y se lo dé al hombre blanco? Si nosotros no poseemos el frescor del aire, ni el brillo del agua, ¿cómo vais a poder comprárnoslo? Es que, acaso, podéis comprar los búfalos cuando ya habéis matado al último? Consideraremos vuestra oferta. Sabemos que si no os la vendemos vendrá el hombre blanco y se apoderará de nuestra Tierra. Pero nosotros somos unos salvajes. El hombre blanco que va en pos de la posesión del poder, ya se cree que es Dios, al que le pertenece la Tierra. ¿Cómo puede un hombre apoderarse de su madre? Consideraremos vuestra oferta de comprar nuestra Tierra. El día y la noche no pueden vivir juntos. Consideraremos vuestra oferta de que vayamos a una reserva. Queremos vivir aparte y en paz. No importa dónde pasemos el resto de nuestros días. Nuestros hijos verán a sus padres sumisos y vencidos. Nuestros guerreros estarán avergonzados. Después de la derrota pasarán sus días en la holganza, y envenenarán sus cuerpos con dulce comidas y dulce bebidas. No importa dónde pasemos el resto de nuestros días. No quedan ya muchos. Sólo algunas horas, un par de inviernos, y no quedará ningún hijo de la gran estirpe que en otros tiempos vivió en esta Tierra, y que ahora en pequeños grupos viven dispersos por el bosque, para gemir sobre las tumbas de su pueblo, que en otros tiempo fue tan poderoso y lleno de esperanza como el vuestro. ¿Pero, por qué consternarse por la desaparición de un pueblo? Los pueblos están constituidos por hombres. Es así. Los hombres aparecen y desaparecen como las olas del mar. Ni siquiera el hombre blanco, cuyo Dios camina a su lado, y habla con él, como el amigo con el amigo, puede librarse del común destino. Quizá seamos hermanos. Esperamos verlo. Sólo sabemos una cosa -que quizá un día el hombre blanco también descubra-, y es que nuestro Dios, es el mismo Dios suyo, Vosotros, quizá, penséis que le poseéis -igual que tratáis de poseer nuestra Tierra-, pero no podéis. Es el Dios de todos los hombres, lo mismo de los Pieles Rojas que de los blancos. Aprecia mucho esta Tierra y el que atente contra ella significa que desprecia a su Creador. También los blancos desaparecerán, y quizá antes que otras estirpes. Continuad contaminando vuestro lecho y una noche moriréis en vuestra propia caída. Pero al desaparecer brillaréis por el fuego del poderoso Dios, que os trajo a esta Tierra, y que os destinó a dominar al Piel Roja en esta Tierra. Este destino es para nosotros un enigma. Cuando todos los búfalos hayan muerto, los caballos salvajes hayan sido domados, y el rincón más secreto del bosque haya sido invadido por el ruido de muchos hombres, y la visión de las colinas esté manchada por los alambres parlantes, cuando desaparezca la espesura, y el águila se haya ido, esto significará decir adiós al veloz potro y a la caza. El final de la vida -y el comienzo de la otra vida. Dios os concedió el dominio sobre estos animales, los bosques y los Pieles Rojas por un determinado motivo. Y ese motivo es un enigma para nosotros. Quizá podríamos comprenderlo si supiésemos qué es lo que sueña el hombre blanco, qué ideales ofrece a los hijos en las largas noches invernales, y qué visiones arden en su imaginación, hacia las que tienden el día de mañana. Pero nosotros somos salvajes, los sueños del hombre blanco nos están ocultos, y porque nos están ocultos nosotros vamos a seguir nuestro propio camino. Pues, ante todo, nosotros estimamos el derecho que tiene cada ser humano a vivir tal como desea, aunque sea de modo muy diverso al de sus hermanos. No es mucho lo que nos une. Consideraremos vuestra oferta. Si aceptamos es sólo por asegurarnos la reserva que habéis prometido. Quizá allí podamos acabar los pocos días que nos quedan viviendo a vuestra manera. Cuando el último Piel Roja de esta Tierra desaparezca y su recuerdo sea solamente la sombra de una nube sobre la pradera, todavía estará vivo el espíritu de mis antepasados en estas orillas y estos bosques. Pues ellos amaban esta Tierra, como ama el recién nacido el latido del corazón de su madre. Si os llegáramos a vender nuestra Tierra, amadla, como nosotros la hemos amado. Cuidad de ella, como nosotros la cuidamos, y conservad el recuerdo de esta Tierra tal como os la entregamos. Y con todas vuestras fuerzas, vuestro espíritu y vuestro corazón, conservadla para vuestros hijos, y amadla, tal como Dios nos ama a todos. Pues hay algo que sabemos, que Dios es el mismo Dios. Esta Tierra es sagrada para Él. Ni siquiera el hombre blanco se puede librar del destino común. Quizá somos hermanos. Esperamos verlo.

"Nosotros somos una parte de la Tierra"
Gran Jefe Seattle


Extraído de http://www.espiritugaia.com/

Seguir tu propio camino

Sueños
Llega un momento en la vida en que uno no puede sino seguir su propio camino.
Es el momento de perseguir los sueños, de defender los principios en los que se cree.
Caer en la más profunda desesperación nos ofrece la oportunidad de descubrir nuestra verdadera naturaleza.
Del mismo modo que los sueños se cumplen cuando menos lo esperamos, hallaras inopinadamente las respuestas a las preguntas que te haces.
Deja que tu intuición construya un sendero de sabiduría, y que la esperanza borre tus temores.
Tal vez resulte muy difícil lograr que los sueños se hagan realidad.

Tal vez así tratamos de ahorrar esfuerzos, olvidemos la razón por la que comenzamos a soñar y al final descubramos que el sueño ya no nos pertenece.

Tal vez si nos limitamos a seguir los dictados de nuestro corazón, alcancemos al cabo de un tiempo nuestra meta.

Recuerda mi consejo: cuando estés a punto de rendirte, cuando pienses que la vida ha sido injusta contigo, recuerda quien eres. Recuerda tu sueño.
Algunas cosas siempre serán más fuertes que el tiempo y la distancia, más profundas que las lenguas y las costumbres, como el hecho de perseguir los sueños y aprender a ser uno mismo. Compartid con otros la magia que habéis descubierto.

Sergio Bambarén. (Fragmentos de su obra "El Delfin")

Gracias Sergio!!

lunes, 3 de marzo de 2008

A mis hermanos argentinos


Hola Querid@s, en la distancia siempre presente con mis raíces y mis afectos!

Me di cuenta que no tengo el correo de algunos argentinos que siguen el blog por tanto no les pude avisar que don Juan está yendo a Argentina...

Taller vivencial sobre uso tradicional de Ayahuasca, que será guiado por el Maestro Ayahuaskero Asháninka Don Juan Flores Salazar, junto a su esposa Sandra Encalada Guerra.
El evento tendrá lugar el Viernes 28 de Marzo del 2008 en la ciudad autónoma de Buenos Aires.

Ponerse en contacto con el Comunitario Otorongo Wasi que presenta la entrevista.

...tal vez algún día convenza a Diego de ir a Argentina, si tiene que ser será!

Un calido abrazooooooooo hermanitos!!!


domingo, 2 de marzo de 2008

Entrevista a Don Juan Flores Salazar



Esta mañana abro mi correo y veo que me mandan una invitación de Argentina.
Empiezo a leer con mucha atención y Diego me llama por teléfono.
Le pregunto, conoces a este hombre? Si, fue uno de mis maestros!

Que lo disfrutes tanto como yo!!









Comunitario
Otorongo Wasi

visitar sitio Web
http://www.otorongowasi.com.ar/notas/index-jf.htm



Maestros Amazónicos, Plantas de Poder
Fotos por Dustin Leader
Tomado de: www.tempusfungui.com/one_news.asp?IDNews=69
Fuente: Fundación Desde América (1997)

Un hombre de ciencia del grupo étnico más numeroso de la selva amazónica peruana nos cuenta qué mensajes transmiten las plantas de poder para la sanación de la persona y del planeta. En esta entrevista, Mariano Wolfson dialoga con el chamán shiripiari Juan Gilberto Flores Salazar.
Alguna vez sucederá que las relaciones entre Occidente y el mundo indígena serán distintas. Ya no se tratará de acercarse a los aborígenes para satisfacer nuestra buena conciencia burguesa y cierto afán romántico que nuestra manera cotidiana de vivir se empeña en desmentir. Si los vientos colaboran, algún día seremos capaces de reconocer que tenemos mucho que aprender de su modo de participar de la vida. Paradojas de la historia, ha sido la periodista española Margarita Farrán, quien supo definirlo: 'aunque sea difícil de explicar en términos lógicos, cuanto más conocemos de los pueblos indígenas, más fuerte se hace la sensación de que ellos tienen algo que nosotros hemos perdido'. Mientras tanto, y como si hiciera falta algún otro testimonio de sus buenas relaciones, con el universo, estos hombres y mujeres 'primitivos' todavía tienen la amabilidad de visitarnos para transmitir su sabiduría, haciéndonos ver que no fue suficiente toda la muerte y destrucción que supimos sembrar entre ellos como para que el odio anidara en sus corazones. Uno de ellos, Juan Gilberto Flores Salazar, 'hombre de la ciencia' del grupo étnico asháninka, el más numeroso de la selva amazónica, estuvo en Buenos Aires durante el mes de junio invitado por la Fundación Desde América para dirigir una serie de talleres vivenciales sobre las plantas medicinales de su tierra.
Juan Gilberto tiene una experiencia de treinta y seis años en la práctica de la medicina tradicional, y en la actualidad dirige la Fundación de la Escuela de Plantas Medicinales Mayantu Yacu, ubicada en el departamento de Huanuco, provincia de Puerto del Inca, distrito de Honoria de la Quebrada de Aguas Termales, Amazonia, Perú. Allí se realizan curaciones y se imparten enseñanzas acerca de las plantas y de la protección de la ecología. La comunidad donde vive este maestro esta formada por apenas treinta familias instaladas junto al Río Pachitea, en el distrito de Nuevo Honoria, en plena selva alta. De la jungla tropical a la jungla de cemento: sus respuestas breves y simples fueron calmando poco a poco mi desordenado torrente inquisidor, la mañana del viernes que nos encontramos.
Usted empezó a trabajar con plantas medicinales desde muy niño.
¿Es algo que eligió o siente que fue elegido para esta tarea?
Yo mismo la elegí; porque mi papá fue un shiripiari [hombre de la ciencia]. Veía lo que él hacía, la preparación de la ayahuasca, sus formas de tomar, entonces me nació la idea de ser yo también un shiripiari. Pero como mi papá murió, no tuve la oportunidad de tomar con él. Entonces decidí hacerlo con un maestro que se llama Eusébio Dávila: fui a verlo, conversamos y me aceptó la propuesta. Aunque yo tenía poca edad – apenas once años – me dijo: 'ven, vamos a tomar'. Me puso a su lado y me dio la primera toma de ayahuasca. Esos fueron mis principios, en el año 1961. Seguí tomando con mi maestro durante tres años, y luego me independicé, empecé a practicar, a buscar otros amigos que quisieran tomar, siempre con la capacidad de dirigirlos. A partir de los quince años comencé a curar chiquitos, bebés con 'sustos', criaturas que tenían como un macharí, un mal aire que venía y no los dejaba tranquilos. Y más o menos a los dieciocho empecé a trabajar con personas adultas y con enfermedades mas graves. En esa época, yo era solamente un practicante de la medicina tradicional; con el tiempo los mismos pacientes me dieron el nombre de shiripiari: para llegar a tener este nombre se debe atravesar un largo proceso, porque primero tienen que ver el trabajo que realiza uno con las personas que vienen a consultar.
¿Cuándo dice medicina tradicional, a que se refiere?
Me refiero al trabajo que hacemos con varias clases de plantas de la selva
¿Las plantas se aplican a la enfermedad o a una persona en particular?
Bueno, hay plantas que se pueden utilizar con varias personas, y hay otras que se pueden aplicar a una persona en especial, según como esté su enfermedad. Por ejemplo: si la persona se siente algo mal, con dolores – nosotros lo llamamos reumatismo o artritis -, entonces se le convida sanango o bobinsana para contrarrestar las dolencias que tiene en los huesos; estas plantas apuntan directamente a donde están estas enfermedades que nosotros también denominamos 'resfríos', porque son fríos dentro de los huesos. Y si la persona tiene úlceras en el estómago o está cancerada, usamos la resina de copaiba, que se extrae del corazón del árbol [dentro tiene una vena muy grande que llega hasta la copa] y es muy purificada.
¿Cómo adquirió el conocimiento sobre las plantas? ¿Lo experimentó usted, le fue dado por su maestro, o es algo que conoce toda la comunidad?
Primero voy experimentando en mi propio cuerpo. Hago una dieta de por lo menos ocho días, pruebo la planta, que hace dentro de mí y cuales son sus efectos. Una vez transcurrida esta experiencia ya hay una base dentro de mí mismo como para hacer el tratamiento con la persona que está enferma. Entonces no tengo ningún riesgo de que el paciente se pueda sentir afectado por el remedio que le convido.
O sea que tiene que comprender que es lo que la planta tiene para dar, y lo prueba dentro de sí mismo...
¿Nunca tuvo algún inconveniente?
Hasta el momento no. Porque conozco el equilibrio, las dosis, como debo tomar, como se debe hacer.
Cuando usted habla de 'dieta' se refiere a un tiempo que se aísla, se queda a solas, y tiene la posibilidad de sentir que es lo que le pasa...
Sí, al hacer el remedio con la planta tengo que entrar a un lugar de silencio, estar solo durante ocho días y contar con una persona que me atienda. Si el que va a entrar a la 'tienda' es un paciente, debo atenderlo y cuidarlo o nombrar a otra persona que lo haga. Confluencia de saberes Cuándo la persona viene a consultar ¿usted la interroga, quiere saber que sucede en su vida, o simplemente le pregunta que es lo que le duele y ya puede sugerirle un remedio?
Primero hacemos unas preguntas; según la enfermedad le pregunto si ha consultado algún doctor de farmacia o si ha pasado por alguna pantalla o examen. Si lo ha hecho estoy más seguro de donde esta la enfermedad. Esas son mis primeras preguntas. Luego el paciente entra al tratamiento.
O sea que usted valora la medicina occidental, le parece que tiene aspectos positivos...
Sí, lo que se está tratando en estos últimos años es de hacer la unión con la medicina farmacéutica, de los doctores, para que la enfermedad de la persona no tenga por donde escapar. La medicina de farmacia por un lado, y la tradicional por el otro. Para que la curación vaya por los dos lados.
¿Por qué les interesa unir estos saberes?
Porque hay enfermedades en las que nosotros los shiripiaris, no estamos tan precisos. Hay enfermedades para sacar, donde las operaciones pueden actuar más rápido. Para ayudar a ese corte nosotros también aplicamos el remedio, pero solo después de la operación. Esta es la forma en la que se esta trabajando.
Es decir, que ustedes aceptan que hay casos en los cuales conviene aplicar la 'medicina de farmacia', y otros en los que es más recomendable utilizar los remedios de la medicina tradicional...
Sí, es indispensable utilizar los dos campos. Yo mismo tengo varios hijos, a veces se enferman, y si veo o siento que no es para mi campo, los llevo al doctor. Y luego quedo a la expectativa. Entre los niños es muy duro aplicar la medicina tradicional, el tratamiento deben hacerlo los doctores con más delicadeza.
¿Por que le parece que se enferma una persona?
Bueno, en el caso de los niños, a veces por descuido de los padres. Y la persona adulta se enferma por el descuido de sí misma, porque no se protege. Y es que la enfermedad no viene siempre viene de una fuerza espiritual; a veces comienza con algo insignificante: en algunos miembros de las comunidades, por ejemplo, es común ver como a raíz de una 'picada' que no se ha curado adecuadamente se forma una ulcera... y cuando nos sentimos sanos, creemos que estamos seguros, pero en realidad no tenemos la certeza de estar tan protegidos; necesitamos que algo nos refuerce para que la enfermedad no ingrese al cuerpo. Para eso se hace la protección: la ayahuasca tiene la misión de proteger, aunque para esto también hay otras plantas.
Saber entregarse.
¿Por qué llaman maestras a las plantas?
Las plantas son maestras, en primer término, porque nosotros los shiripiaris, estudiantes de las plantas, nos entregamos a ellas. La planta tiene un espíritu, una fuerza que viene y nos enseña: nos habla mediante los sueños, nos dice y nos muestra que remedio es bueno para una enfermedad. Por eso las llamamos maestras: ellas nos dirigen y nosotros acatamos lo que nos dicen. Los shiripiaris nos entregamos a la planta con la cual vamos a hacer la dieta, para que ella trabaje con nosotros y nosotros con ella
Es decir que entran en relación, se relacionan con la planta...
Sí, a eso llamamos entregarse a la planta
¿Usted se entrega para recibir una enseñanza?
Exactamente, para eso se hacen las dietas.
¿Y la planta enseña un camino para usted o para la persona que viene a consultar?
Si la tomo yo, va a venir a enseñarme como y que debo hacer con las personas que van a venir mas adelante. Y cuando la toma el paciente le hace la curación
¿Todas las plantas son maestras?
Todas son maestras porque todas tienen sus espíritus. No hay ninguna que no lo tenga, por más pequeña que sea.
Sin embargo la ayahuasca parece ser la madre de todas las plantas medicinales...
En general nosotros tenemos como director al tabaco, es el eje principal para dirigir a todas las plantas en la medicina tradicional. Y se dirige por medio de la 'soplada' [una técnica que consiste en echar el humo del tabaco sobre diferentes partes del cuerpo, especialmente la cabeza, para liberar a la persona de energías negativas]: toda planta preparada tiene que tener una 'soplada' o un icaro [una canción a la planta] para darle más fuerza y para convidar al paciente. El tabaco funciona con la ayahuasca: las dos realizan las primeras funciones para empezar la curación de un paciente, son la base para seguir el camino de las plantas.
¿Qué destino le daba su maestro a la ayahuasca?
Mi maestro tomaba para hacer sus curaciones. Algunos de sus pacientes estaban 'asustados', otros con heridas, úlceras, dolores en el estómago... siempre me quedaba mirando lo que él hacía, sus trabajos, pensando que yo también algún día sería un shiripiari más en la vida. La costumbre es que la gente viene a consultar con el maestro para ver que enfermedad tiene y como puede hacer con el tratamiento.
¿Lo consideran un maestro al chamán?
Sí, pero el nombre original es shiripiari. Chamán es una denominación que viene de EEUU
¿Puede una persona tomar ayahuasca por su cuenta o es conveniente que lo haga siempre con un guía?
Para dar los primeros pasos tiene que hacerse con un guía. La persona no puede tomar sola porque hay fuerzas opuestas que pueden desvincularla y luego no sabe como conducirse. Toda persona tiene que tomar con un maestro, con un shiripiari que la pueda dirigir.
¿Cuál es el riesgo si la persona toma por su cuenta?
En principio, no sabe cuál es la dosis para tomar y además no conoce las energías que tienen las plantas, que fuerza se va a presentar. A veces ni yo conozco que fuerzas espirituales pueden venir el día en que voy a hacer el trabajo con la ayahuasca. Por eso es recomendable que la persona que va a tomar por primera vez lo haga con alguien que tenga conocimientos. Después de haber tenido muchas experiencias, si es fuerte, si está capacitado para tomar, puede hacerlo sola.
¿Y para el paciente es simplemente un medio mas para curarse o además es un camino de crecimiento?
La ayahuasca tiene la propiedad de dar primero fuerza al cuerpo, manteniendo la vida física y después ayudar al florecimiento, a la ampliación...
Mucha gente de las ciudades se acerca a las plantas para expandir su conciencia, para poder percibir cosas que habitualmente no puede ¿Qué le parece esta actitud?
Yo opino que - aunque hay de todo - en general a las personas de occidente hay una cosa que les falta dentro del cuerpo, una fuerza que se busca... Y lo que les falta está en el sistema espiritual que trae la planta. Al día siguiente de haber tomado su ayahuasca, las personas amanecen tranquilas. Entonces me parece que les falta comunicar con la tierra. Porque la ayahuasca esta preparada solamente con la planta y el agua – en realidad se utilizan dos plantas para prepararla, la ayahuasca propiamente dicha, que es una soga, una liana, y la chacruna, un árbol muy bonito que siempre mantiene las hojas verdes; ambas plantas se unen se cocinan y de allí sale el extracto de ayahuasca – y al tomarla la persona está comunicándose con la tierra y la planta. Y llega a tener una tranquilidad, a recibir una fuerza maestra.
¿En la comunidad toman todos?
Bueno, en la selva toda persona quiere tener su limpieza. A veces los que comen demasiado toman el remedio y este les dice que no conviene que haya tantas cosas ahí guardadas durante mucho tiempo, y entonces lo sacan todo... A los siete días la persona queda normal, tranquila, y siente que ha recuperado algo en su vida. Eso es lo que se busca.
¿La ceremonia habitualmente se hace en grupo?
Sí, en grupos de diez o quince. Yo los cuido día a día, veo como va el proceso, como se están sintiendo; hago una revisión general de los pacientes. Las personas toman distintas plantas de acuerdo con sus deseos o enfermedad.
¿Cómo se sintió al venir a una gran ciudad como Buenos Aires?
Tengo que agradecer a la República Argentina y también a la Fundación Desde América. Me siento muy tranquilo: con todas las personas que se han acercado a conversar me he sentido bien; la mayor parte de las personas se han sentido muy a gusto con la planta y me hicieron muchas consultas personales.
Estuvo haciendo talleres con la gente, mostrándole como trabaja con las plantas...
Sí, traje muestras de la ayahuasca, porque había que mostrar a la gente como es su tronco y la edad que tiene. El ejemplar que traje tiene cincuenta años; hay plantas que tienen cien años pero son muy raras, las que usamos habitualmente cuentan entre veinticinco y treinta, porque tienen más fuerza y son mas curativas que las tiernas. Decidí preparar un remedio bueno para traer a la Argentina, para que les caiga bien a las personas.
¿A ustedes les interesa que se empiece a conocer cómo trabajan?
Desde muy tierno tuve el deseo de llegar a ser un shiripiari y tener mis conocimientos. Y sé que estos conocimientos van a servir en el futuro, mas adelante; por ello mi deseo es que se difunda esta ciencia, que es muy desconocida entre las personas que están más elevadas que los indígenas. Para eso he seguido un estudio, un proceso de trabajo: como shiripiari estoy trabajando con los EEUU, Rusia, estoy conectado con Francia y Asia. Esta tradición esta regándose por todo el universo. Hoy, las plantas medicinales y la clase indígena están dando un paso en todo el mundo, abriendo nuevos horizontes que van a servir para el futuro, para las demás personas, para los niños que vienen.

…a mi me emocionó mucho leer a este gran hombre y quise compartirlo contigo.
Te recomiendo que mires la web de otorongo wasi, muy interesante.
Con el cariño de siempre. La Zia

martes, 26 de febrero de 2008

Quien soy...

Abril 2015


 Y un precioso recuerdo para mi
Fotos de diciembre 2007, varados en el bote, yendo hacia Sachavacay se nos rompió el soporte del motor, y que podía hacer más que mirar y sonreír?

 
Zia Adriana Dusse Caruso
Mujer. Profesora de Yoga y Meditación, desde 1989
Masaje Deportivo, 1989. Masaje Zen Shiatsu, 1992
El 15 de marzo de 1995 reconozco a Osho como mi Maestro y en India se me otorga el nombre espiritual de Ma Bodhi Zia
En sánscrito quiere decir:
Ma, Señora de ti misma
Bodhi, Conciencia
Zia, Gloria
Significa que mi trabajo en esta vida es hacerme Conciente de la Gloria de Dios y enseñarla a otros. En fin, el Tantra me da la oportunidad.
A partir de la sexualidad alcanzar el Éxtasis Divino, manifestar La Gloria! Suena a inverosímil, verdad? Pues es posible!

También estoy formada como terapeuta en Renacimiento
[Rebirthing] y Pulsación [Neo Reichian Energy Work] desde 1995.
En 1996 con 33 años viajo a la India y en el Ashram de Osho perfecciono las disciplinas con las que vengo trabajando y me instruyo en masaje ayurvédico.
Se me presenta la sexualidad tántrica como una forma diferente de vivenciarme en el encuentro con otro ser humano, así comienzo a experimentar en lo personal hasta sentir que el aprendizaje había madurado lo suficiente como para abrirlo a lo profesional en 1998 trabajando con parejas y grupos. Paralelamente desarrollo el masaje tántrico a partir de mi síntesis personal, que al día de hoy sigue evolucionando.
Terapeuta Craneosacral, 2003.
Mi “Formación” tuvo comienzo en Argentina, continuó en Brasil e India y ahora aquí en mi querida Barcelona donde me reencuentro con algunas tradiciones chamánicas de América. A partir del año 2005 comienzo a encontrarme con diferentes chamanes de los que me estoy nutriendo en lo personal y profesional, estas son enseñanzas milenarias que requieren muchos años de dedicación.
En mi presente continuado, voy aprendiendo a integrar estas tres visiones de la Vida. Yoga, Tantra y Chamanismo.
Con "todo" debo decir que mi más grande aprendizaje lo hago en la misma VIDA, con la gente.
Es con un "tu" con quien puedo compartir y desarrollar lo aprendido.
Es con un "otro" que podemos revelarnos a nosotros mismos.
Estoy agradecida a todos los seres que me enseñaron y siguen enseñando a reconocerme a mí misma!




viernes, 8 de febrero de 2008

Con sentimiento

Lo que vas a leer a continuación lo escribí hace un año a tras, después de mi primer Ceremonia con Diego y la Ayahuasca.
Hasta hoy solo lo había leído el Chamán.

A Ti

A ti Madrecita, yamuriririririri
A ti Curandero, medicinariririri
A todo lo que Es, a lo eternamente sagrado
A mi misma, creatura que anhela
realizar su destino...
Y voy a tu encuentro sin siquiera sospechar
que me mostrarías la mismísima Gloria
la preciosa esencia, el más dulce de los perfumes

Que me enseñarías el Éxtasis Divino
Y me darías la más pura entrega de tu alma
brillando con tu canto, tu música
En donde sucede la más grandiosa oración
cuando tu te elevas y me llevas contigo
tan alto que quiero gritar, llorar, reír

Y respiro profundo y me vuelvo a alinear
para trascender la emoción del corazón
y saltar contigo al vacío de la existencia toda

Y soy abrazada, transportada a otro tiempo
a otra dimensión, donde la forma no existe
donde la mente desaparece
Y solo siento que estás en mi

Y cada célula de mi cuerpo se ilumina
me abres tanto, que siento que soy
el mismo universo que todo lo contiene
Y tiemblo, y me quemo

Y te digo susurrando
baja, más suave
No, no, sigue, sigue
Y siento que me sanas, que me liberas
Y voy pasando de la luz a la oscuridad
Y allí, en el mismo infierno
sé que tengo que ser valerosa
que estás tu acompañándome

Y veo tu luz, veo tu luz
Y siento tu poder, tu presencia
Y quiero aprender de ti

Madrecita bendíceme, sunarai anti
Curandero sáname, sunarai anti
Enséñame, enséñame, sunarai anti


Zia, un atardecer del 11 de febrero del año 2007

domingo, 3 de febrero de 2008

Ceremonia con La Liana Divina

El chamán antes de una Ceremonia en la selva en diciembre 2007, concentrado en el arreglo de su chacapa, el ramillete de hojas que estás viendo y que utiliza para acompañar sus Ícaros y curaciones. Muchas son las veces que observo a Diego “trabajando”, y claro no puedo dejar de sentir un profundo respeto por su entrega, su devoción y la impresionante concentración que refleja su rostro.

Hoy quiero hablarte concretamente de lo que representa una Ceremonia de Ayahuasca y te sugiero que leas concienzudamente, aunque ya hayas hecho Ceremonias con La Madrecita, no está de más asentar lo que ya sabemos o abrirnos a nuevos aprendizajes!
Importante: Tienes que saber que asistirás a una Ceremonia de práctica ancestral y muy sagrada, lo que significa que debes estar en ella con respeto. Reconocemos a la Ayahuasca como planta maestra, su espíritu entrará en ti para la sanación de tu cuerpo y la elevación de tu espíritu. Cada persona tiene un acercamiento personal y único con la Planta, de acuerdo a su historia individual. Todo lo que experimentes junto a Ella es porque es tu tiempo para vivirlo.
Algunas indicaciones, por si decides participar de nuestras Ceremonias: Para que la Madrecita pueda realizar su trabajo en ti de la mejor manera, es importante que seas conciente de la postura de tu cuerpo, permanece con la columna recta y la cabeza en alto. Otro punto importante es la respiración, lenta, profunda y silenciosa, así podrás profundizar en la experiencia e ir a fondo con lo que estés vivenciando. En los momentos difíciles recuerda que la Planta está sanandote y solo céntrate en la respiración para que ella pueda hacer su trabajo, cuanto más quieto y silencioso estés mejor para ti y claro mejor para todos. Sostener una buena actitud, significa respetar el trabajo de todos y si cada uno hace lo propio la Ceremonia será de gran profundidad. Es muy importante que no hables o emitas sonidos esto perturba muchísimo el trabajo de todos, no lo olvides!
Si sabes que tienes la tendencia a dormirte toma la decisión a priori de no hacerlo y pon mucha atención a mantenerte recto, tienes que poner voluntad y la firmeza de un guerrero.

Recuerda que en una Ceremonia de Ayahuasca vamos a trabajar.
El curandero es un mediador entre Di@s y la Planta para llegar a ti con todo su poder y ayudarte en tu proceso de sanación, crecimiento y aprendizaje. No obstante, eres tú con tu libre albedrío el que determina el grado de compromiso y profundidad de tu trabajo, esto es una decisión individual.

Una vez leí en la Biblia y me quedó muy presente…
“Ayúdate que te ayudaré”

Y desde mi corazón te digo…
Sea lo que sea que quieras lograr en esta Vida, tendrás que ganártelo!!!

Esperando compartir contigo cuando el tiempo sea perfecto para amb@s

Un abrazo del alma!!
La Zia