viernes, 8 de febrero de 2008

Con sentimiento

Lo que vas a leer a continuación lo escribí hace un año a tras, después de mi primer Ceremonia con Diego y la Ayahuasca.
Hasta hoy solo lo había leído el Chamán.

A Ti

A ti Madrecita, yamuriririririri
A ti Curandero, medicinariririri
A todo lo que Es, a lo eternamente sagrado
A mi misma, creatura que anhela
realizar su destino...
Y voy a tu encuentro sin siquiera sospechar
que me mostrarías la mismísima Gloria
la preciosa esencia, el más dulce de los perfumes

Que me enseñarías el Éxtasis Divino
Y me darías la más pura entrega de tu alma
brillando con tu canto, tu música
En donde sucede la más grandiosa oración
cuando tu te elevas y me llevas contigo
tan alto que quiero gritar, llorar, reír

Y respiro profundo y me vuelvo a alinear
para trascender la emoción del corazón
y saltar contigo al vacío de la existencia toda

Y soy abrazada, transportada a otro tiempo
a otra dimensión, donde la forma no existe
donde la mente desaparece
Y solo siento que estás en mi

Y cada célula de mi cuerpo se ilumina
me abres tanto, que siento que soy
el mismo universo que todo lo contiene
Y tiemblo, y me quemo

Y te digo susurrando
baja, más suave
No, no, sigue, sigue
Y siento que me sanas, que me liberas
Y voy pasando de la luz a la oscuridad
Y allí, en el mismo infierno
sé que tengo que ser valerosa
que estás tu acompañándome

Y veo tu luz, veo tu luz
Y siento tu poder, tu presencia
Y quiero aprender de ti

Madrecita bendíceme, sunarai anti
Curandero sáname, sunarai anti
Enséñame, enséñame, sunarai anti


Zia, un atardecer del 11 de febrero del año 2007